Woods toma el volcán de los españoles

Mucho más atrás, mientras el de Ottawa es abrumado por los elogios de los suyos y el derrotado del Movistar, tras una carrera memorable, es asediado por la pena, la volcánica pendiente infinita invita a los dos gigantes que luchan por este Tour a afilar sus cuchillos. Francia entera soñaba con una reedición de aquella batalla codo con codo, empujón a empujón entre Poulidor y Anquetil en la edición del 64; hasta L'Équipe había llevado a su portada un montaje de Vingegaard y Pogacar emulando aquella gesta imperecedera. Pero la realidad pocas veces tiene concordancia con las expectativas.

Noticia Relacionada

Guillaume Martin, el filósofo del Tour de Francia

Iván Martín

El parisino, líder del Cofidis en la gran vuelta gala, comparte el amor por la bicicleta con el cultivo de su psique. Es autor de varios ensayos donde integra ideas socráticas y nietzscheanas en el individuo y el colectivo del pelotón

El Jumbo, invariable como acostumbra, sigue a rajatabla la estrategia establecida en el autobús. La consigna es clara: quemar a Kuss en los dos primeros tercios del Puy de Dome y confiar en la explosividad de su líder en los últimos kilómetros del volcán, donde las pendientes alcanzan el 14%. Sin embargo, con la autoestima por las nubes tras el inmenso ataque de Cauterets, es Pogacar quien golpea de nuevo. No mira atrás el esloveno, no suda; la ausencia de público en un lugar protegido le resta humanidad y le da un aire robótico al prodigio balcánico, que poco a poco abre una pequeña brecha con Vingegaard. Con el tren cremallera a un lado y el vacío al otro, Pogacar lleva al límite al aún maillot amarillo, le arrebata ocho segundos y acorta la diferencia a sólo 17. La carrera, que ni ha visitado aún a los decisivos Alpes, es joven, pero el sinfín de acontecimientos que ha sumado desde su nacimiento en Bilbao la están haciendo inolvidable. Qué bonito es este deporte cuando es impredecible.

Entretanto, sin hacer mucho ruido, Carlos Rodríguez culmina el Puy de Dome a la estela de los mejores. Muy cerca de su compañero Thomas Pidcock y el también británico Simon Yates (Jayco), el de Almuñécar cruza la meta siete segundos antes que Jay Hindley (Bora), quien cierra el podio con algo menos de dos minutos de ventaja sobre el ya líder del Ineos. Rodríguez llega al primer día de descanso de la ronda francesa en un estado de forma pletórico; con un mar todavía por delante, ¿es el tercer escalón de París un objetivo real para el granadino en su primera participación en el Tour?