Pogacar pone a prueba a Vingegaard y se viste de amarillo

Tras el sofocón de la primera etapa más dura de sus más de cien años de historia, el segundo día del Tour de Francia 2024 preparó un menú algo más suave para el pelotón pero sin poner en peligro el apetito de los aficionados. Un recorrido de 199,2 kilómetros entre Cesenatico y Bolonia, en su mayoría llanos, pero con la subida a seis puertos, cinco de tercera categoría y uno de cuarta. Para mayor vistosidad, la última parte de la etapa era un circuito alrededor de la capital de la Emilia-Romaña, con un doble ascenso al Côte de San Luca, corto pero con un desnivel de casi el once por ciento, poco antes de cruzar la meta. Día propicio pues, con permiso de los aventureros que pudieran protagonizar una escapada, para los grandes nombres del pelotón como el propio Pogacar.

En contraste a los nervios y la angustia del debut del sábado, el pelotón afrontó la parte inicial del día con relativa tranquilidad. Ni siquiera la formación de un grupo de escapados con una decena de corredores inquietó a los gallos de la carrera. En el grupo, como en el día anterior, volvió a colarse otro español. Si en la primera etapa fue Ion Izagirre, en esta ocasión quiso ser protagonista Cristian Rodríguez, del Arkea. Ninguno de ellos ponía en peligro el liderato de Bardet, por lo que nadie se exigió más de la cuenta por detrás.

Hasta el kilómetro 80. Ahí se puso al timón el UAE, subiendo el ritmo para comenzar a reducir la distancia con la cabeza de carrera. El apretón, como ya sucedió el sábado, puso contra las cuerdas una vez más a Mark Cavendish, la sorpresa negativa de este Tour. El británico, inscrito en busca de colocar su nombre en la historia de la ronda gala, sólo ha conseguido un par de humillantes sofocos.

Con el paso de los kilómetros el Visma se sumó a la caza de los escapados, incluso habiendo sufrido dos de sus integrantes ilustres, Van Aert y Jorgenson, una caída que les obligó a recibir atención médica.

En el Côte de Montecalvo comenzaron a estrecharse las distancias, pero no fue hasta la entrada en el circuito cuando se rompieron las hostilidades. Por detrás amagó Pogacar en una zona de avituallamiento del Côte de San Luca, amago que provocó la primera imagen del esloveno con el danés Jonas Vingegaard pegado a su rueda. Un clásico de los últimos Tours. Y por delante fueron tres corredores los que movieron ficha, dejando al resto atrás: el noruego Jonas Abrahamsen (Uno-X), líder de la montaña tras la primera etapa, el francés Kevin Vauquelin (Arkea) y el portugués Nelson Oliveira (Movistar). Un trío que se deshizo enseguida tras el ataque del galo, que a 14 kilómetros de meta, dejó clavados a sus últimos compañeros de fuga.

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Más atrás, en el pelotón principal, UAE y Visma pasaron a la acción con sus líderes Pogacar y Vingegaard marcándose de cerca en la última ascensión. Sonaban truenos y enseguida se desató la tormenta. Con 10 kilómetros por cubrir saltó el esloveno y respondió, firme, el danés. El duelo dinamitó el grupo principal y dejó claro que el defensor del título, al menos en estos primeros días y a la espera de comprobar cómo le puede afectar la inactividad de los últimos meses, está fino para responder al combativo aspirante.

El calentón de los grandes no afectó al desenlace de la etapa, que fue para el francés Vauquelin y estrenó el palmarés de triunfos del equipo Arkea en el Tour. Tras él llegaron a cuentagotas el resto de integrantes de la gran fuga del día, a 2:22 Pogacar y Vingegaard, y veinte segundos más tarde el resto de corredores importantes. Un lapso de tiempo que colocó al esloveno como nuevo líder de la carrera ya en el segundo día, aunque de momento sin ninguna ventaja en el crono.