Muere Bernardo Ruiz, a los 100 años, el primer ciclista profesional español

Es Bernardo Ruiz una leyenda desconocida del deporte español, ciclista y pionero por hambre, honor y rabia, campeón de la Vuelta en 1948, el primer corredor español que subió al podio del Tour de Francia, Fausto Coppi el 'campeoníssimo' a su lado, y también el pionero en ganar una etapa del Giro de Italia.

Un coetáneo de nombres que suenan al pleistoceno para los aficionados, pero que dejaron su huella en la memoria de nuestros abuelos, Julián Berrendero y Dalmacio Langarica, precursor de los más afamados Federico Martín Bahamontes, Jesús Loroño o Salvador Botella o Miguel Poblet.

Ciclismo que sabe a leyenda, corredores que acortaban etapas viajando en trenes, se refrescaban en las fuentes públicas de los pueblos, se avituallaban en las fondas, vestían jerseis de lana, reparaban sus propios pinchazos con los tubulares cruzados a la espalda y viajaban con aquellos maletones rectangulares siempre en cuero viejo.

Antes que convertirse en ciclista por pura casualidad, Bernardo Ruiz ya sabía lo que era tener callos en las manos. Lidió en la recogida del cáñamo, construyó carreteras a pie de obra, picó canteras, labró la huerta...

De chaval, Bernardo tenía una bici. Su padre, un carro. Había terminado la Guerra. Las despensas estaban vacías. Bernardo Ruiz iba y venía cada día de Orihuela a Cartagena. Setenta kilómetros de ciudad a ciudad por carreteras de tierra, infestadas de patrullas de la Guardia Civil que buscaban a los pasajeros del estraperlo. Esa colonia de supervivientes que compraba tabaco y aceite. Trigo o maíz que molían en el molino y vendían luego en el interior de las casas.

«Me sacaba ocho o nueve pesetas al día», recordó el 'Pipa', como era conocido, en una entrevista con ABC. Tantos kilómetros hizo de Orihuela a Cartagena, tantos días se machacó en busca del pan, que cinceló unas piernas de hierro por esos caminos que trituraban los antebrazos en una España donde casi no existía el asfalto.

Viendo la fortaleza de aquel muchacho, un vecino de Orihuela le apuntó a una carrera en Valencia, el 'Frente de las juventudes'. Era 1947, al año siguiente ganó la Vuelta a España. Cuatro más tarde, escaló al podio del Tour. Fue el primer ciclista que vivió de este deporte en España. En 1950 ya vivía por encima con un sueldo muy por encima de todos los vecinos del pueblo.

«El Tour, ¡qué carrera! Lo único que tenías seguro en el Tour es que nunca te podías perder. La gente formaba un cordón desde la salida a la meta. Era la fiesta nacional francesa, el deporte del pueblo. Luego vino el fútbol...", rememoró en la entrevista con ABC.

Hace treinta años que Bernardo Ruiz traspasó la tienda de bicicletas, motos y recambios que tenía en el centro de Orihuela. Se retiró del día a día laboral para cuidar su finca, donde cultivó naranjas y limones. Tuvo tres hijos con Margarita Celestino, la mujer con la que compartió su existencia. Desde hace años realizó vida de jubilado. Partidas de dominó y chinchón en el casino de Orihuela, tardes de julio y agosto con la tele, el Tour y la Vuelta.

«Descansa en paz Bernardo Ruiz, mito del ciclismo español. Despedimos a un referente eterno del deporte», expresó La Vuelta en un mensaje en redes sociales.