Tour de Francia
Guerra de guerrillas al pie de los Pirineos
Ciclismo
Pogacar, fiel a su palabra, atacó de nuevo al líder Vingegaard subiendo e incluso bajando, pero el danés mostró su fortaleza y arrojo
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa decimosexta etapa del Tour de Francia, entre Carcassonne y Foix, no se salió demasiado del guión de las anteriores jornadas de la ronda gala. Lejos de templar los ánimos entre los favoritos de cara a las grandes etapas de los Pirineos, donde se ... debe decidir el vencedor final, el tercer y último día de descanso solo sirvió para reafirmar convicciones dentro del pelotón. Una etapa clasificada como de media montaña, pero con dos puertos de primera categoría en los últimos kilómetros, fue vista por muchos como una gran oportunidad para dejarse ver ante una posible tregua de los aspirantes. Pero en ningún momento mostraron relajación, ni estos ni sus equipos, por muchas bajas que hayan sufrido. El líder Vingegaard y Tadej Pogacar volvieron a colocarse el cuchillo entre los dientes para demostrar una vez más que el que gane lo hará dejándose la última gota de sudor en la carretera y reventando el potenciómetro.
Los ataque comenzaron pronto. Cualquier lugar era bueno para lanzar emboscadas y más con dos puertos puntuables en los primeros 36 kilómetros. Así en el kilómetro 5 se formó una gran escapada de unos treinta corredores, en la que destacaban los líderes de la montaña, el alemán Simon Geschke, y el de los puntos, el belga Wout Van Aert. La exigencia de la ruta fue cribando el grupo, que poco a poco se fue dividiendo en unidades cada vez más pequeñas.
Pero las hostilidades se rompieron finalmente en la subida al Port de Lers. Con el pelotón a más de ocho minutos de la cabeza de carrera fue el equipo Movistar el que puso el picante. Con un corredor escapado por delante, Jorgenson, fue Enric Mas el que saltó para intentar alcanzar a los grupos cabeceros. El ataque tuvo cierto éxito y eso animó a otros corredores a intentar la aventura en solitario. Pero entonces llegó el hachazo de Pogacar, que una vez más fue fiel a sus palabras y a su estilo y volvió a atacar. Pese a su terrible cambio de ritmo Vingegaard respondió rápido y se puso a su rueda, demostrando que está fuerte y con confianza.
La respuesta del líder no achantó al esloveno que lo intentó hasta cuatro veces. Dos en la subida a este primer puerto de primera categoría y dos más bajando. Pero el maillot amarillo demostró que además de estar bien de fuerzas es valiente.
Con los dos gallos igualados, se relajó el ritmo en la bajada, aparcando la guerra para el siguiente puerto, el Mur de Péguère, con una estrechísima carretera y unas rampas iniciales de hasta el 13 por ciento de desnivel. La tranquilidad de los aspirantes al primer puesto del podio en París la aprovechó Movistar para colocar hasta a cuatro corredores tirando del pelotón. El equipo español mostraba su ambición por primera vez en la carrera y su esfuerzo prometía emociones fuertes en el final de etapa, pero el ascenso le devolvió a la cruda realidad.
Cocaína, cloroformo y etapas de hasta 16 horas: la historia del Tour de Francia más salvaje
Angel Lavín CastroLa edición de 1924, que dominó el italiano Ottavio Bottavecchia de principio a fin, es recordada como la más extrema de la historia
Las duras rampas se encargaron de hacer la selección natural, con los dos primeros clasificados del Tour y algunos de sus gregarios presentes. Tiró primero el equipo Emirates, pero tras romper Majka la cadena de su bicicleta fue el Jumbo Kuus el que comenzó a tirar de su jefe Vingegaard y de Pogacar. Juntos alcanzaron la cima y a ellos se unió, por si el equilibrio de fuerzas no era ya desigual, Van Aert, que se había descolgado del grupo de cabeza para esperar a sus compañeros.
El camino final hacia la línea de meta era cuesta abajo y se convirtió en una frenética y arriesgada carrera de pequeños grupos y hombres en solitario en busca del triunfo. El peligro del rápido descenso lo probó el estadounidense Jorgenson, la última baza del Movistar en la etapa, que se fue al suelo cuando luchaba por alcanzar en cabeza a Hugo Hoyle. Su accidente, pese a que pudo continuar la carrera, dejó el camino libre al canadiense, que fue el primero en pasar por la línea de meta, donde no hubo diferencias entre los máximos favoritos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete