El ganador del Tour que llegó a ganar 15 millones de euros y vive en la ruina: «Duerme en sofás de amigos»
En 2012 tocó el cielo en París y subió a lo más alto del podio olímpico en cinco ocasiones: ahora, Bradley Wiggins no tiene siquiera un hogar
Diez grandes estrellas del deporte arruinadas por sus vicios
La noticia de que uno de los más grandes olímpicos británicos, Sir Bradley Wiggins, ha sido declarado en bancarrota ha dejado perplejo al mundo del deporte.
Wiggins, quien ganó el Tour de Francia en 2012 y acumuló hasta cinco otros olímpicos, está ahora sin ... hogar y arruinado, una situación que resulta difícil de asimilar.
Intentos recientes de contactar con Wiggins por parte de medios de Reino Unido como el Daily Mail revelaron que no se encontraba en ninguna de las direcciones en Lancashire que había proporcionado: una elegante granja convertida y una casa de ladrillos en el balneario de Lytham St Annes. Finalmente, su abogado, Alan Sellers, explicó las sorprendentes razones detrás de su desaparición.
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El abogado explicó que la granja de 975.000 libras (más de 1.150.000 euros) que Wiggins compartía con su exesposa Cath y sus tres hijos fue embargada y vendida hace unos meses.
La casa de Lytham St Annes, que pertenecía a Cath, había sido un refugio temporal para Wiggins. «En realidad, Brad está durmiendo en sofás. Se queda con amigos y familiares. No sé dónde se quedó anoche ni dónde estará mañana. Básicamente, no tiene un hogar,» reveló Sellers.
Esta situación es un duro golpe para Wiggins, el tercer atleta británico más condecorado con ocho medallas olímpicas, cinco de ellas de oro, y el primer británico en ganar el Tour de Francia.
Sus triunfos no fueron solo trofeos; en el verano de 2012, su éxito unió a la nación de una manera que no se había visto desde 1966. Con su carisma y su estilo, inspiró a muchos a adoptar el ciclismo como estilo de vida.
«Una situación muy triste»
Sin embargo, a pesar de sus logros, Wiggins ha perdido todo: su hogar familiar, su casa en Mallorca, sus ahorros e inversiones. «Ha perdido absolutamente todo. No tiene un centavo. Es una situación muy triste,» añadió Sellers.
Durante su apogeo, Wiggins ganaba entre 2 y 3 millones de libras al año y tenía un patrimonio estimado en 13 millones de libras en 2017 (alrededor de 15 millones de euros).
Sin embargo, ahora enfrenta deudas que ascienden a casi 1 millón de libras, según se reveló en una audiencia de bancarrota en Fleetwood, Lancashire, el 3 de junio. Sus acreedores van desde HM Revenue and Customs, que reclama 313,447 libras, hasta un ex ciclista de su equipo Team Wiggins, que le reclama 583 libras.
Vender sus medallas para pagar las deudas
Para pagar sus deudas, Wiggins podría perder sus medallas olímpicas, su trofeo del Tour de Francia y otros recuerdos de su carrera. Según un experto en insolvencia, será el administrador Kevin Murphy quien decida si deben ser vendidos. Un tasador de memorabilia deportiva estimó que solo las cinco medallas de oro podrían valer hasta 250.000 libras (295.863 euros al cambio actual).
Desde su retiro, Wiggins ha intentado redefinirse en múltiples ocasiones, contemplando carreras como trabajador social, médico, boxeador y remero, además de trabajar como comentarista de televisión. También ha lidiado con acusaciones persistentes sobre el uso de esteroides para mejorar el rendimiento, que aunque niega rotundamente, han manchado su reputación.
Altibajos desde el fin de su matrimonio
La vida de Wiggins ha sido una serie de altibajos desde que su matrimonio de 16 años terminó en 2020. Tras una relación fallida con su publicista Laura Hartshorne, se mudó a la casa de Lytham St Annes, donde los vecinos lo veían fumando y hablando por teléfono, apenas reconocible con su barba pelirroja y su nuevo físico robusto.
Su salud y estado físico ya no son prioridades para él, afirmando que no monta en bicicleta porque «no le gusta la persona en la que se convirtió cuando lo hacía.»
Malas inversiones por malos asesoramientos
El abogado de Wiggins, Sellers, atribuye parte de su caída a asesores que no actuaron en su mejor interés, llevándolo a invertir millones en esquemas fallidos mientras se llevaban sus comisiones. Wiggins espera recuperar parte de su fortuna perdida a través de acciones legales contra estos asesores, lo cual permitiría pagar a sus acreedores, pero será el administrador quien decida si puede seguir este camino.
Para aquellos que siguieron su carrera y se inspiraron en sus logros, la caída de Wiggins es desconcertante y triste. A pesar de sus dificultades, su legado como uno de los grandes del deporte británico permanece intacto, y la nación siempre estará en deuda con él por aquel inolvidable verano. Ahora, enfrentando su mayor desafío, Wiggins necesita encontrar la fuerza para volver a levantarse y recuperar el rumbo de su vida.
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