Épico triunfo de Bardet en el inicio más duro en la historia del Tour

Para la primera salida desde tierras italianas en la historia de la ronda gala, la organización no diseñó un paseo precisamente. Siete ascensiones por los Apeninos, tres de segunda categoría y cuatro de tercera, con un desnivel acumulado de 3.600 metros, antes de alcanzar la línea de meta en Rímini, en la costa del mar Adriático. Un escenario inusual para una primera etapa que, unido al calor, propició un gran espectáculo para los aficionados y un pequeño suplicio para los ciclistas, ya de por sí sometidos a una gran tensión en la primera semana de carrera.

Ese nerviosismo se tradujo en varios intentos de escapada prácticamente desde la salida. En una de ellas, en el kilómetro 18, se coló el español Ion Izagirre, que se convirtió en el primer gran protagonista de la jornada, al colocarse líder provisional de la montaña tras el paso por los primeros puertos. Sin embargo el corredor del Cofidis, ganador de una etapa el año pasado, no logró alargar su aventura hasta el final y se cayó del grupo de escapados aún muy lejos de la meta.

Ya mucho antes de desfallecer le había robado foco Mark Cavendish, aunque en su caso no por su buen hacer. El británico, que se inscribió en este Tour para intentar alcanzar su victoria de etapa número 35 y superar al mítico Eddy Merkcx, se desfondó antes de rodar siquiera los primeros 50 kilómetros, convirtiéndose la etapa para él y sus compañeros del Astana que intentaron socorrerlo en una auténtica pesadilla. Acabó cruzando la meta a casi cuarenta minutos del ganador de etapa.

Previamente a que Izagirre se descolgara del grupo de escapados, en el pelotón los equipos Visma y UAE de los favoritos Vingegaard y Pogacar se habían puesto ya el mono de trabajo. Y no solo redujeron la desventaja sino que iniciaron una exigente criba que dejó atrás, entre otros, a Van der Poel, uno de los favoritos al triunfo en la meta de Rímini.

También el grupo de cabeza se adelgazó hasta quedar en un dúo formado por un único superviviente de la escapada, Frank Van den Broek, y Romain Bardet, que logró saltar desde el pelotón. Juntos, los dos compañeros del equipo DSM Firmenich Postnl llegaron a los últimos 15 kilómetros de falso llano descendente con poco más de un minuto de ventaja.

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Por detrás, la colaboración en el pelotón se extendió a otros equipos como el Lidl o el Education First y comenzó a morder la diferencia de forma implacable apuntando a un cruel final para los escapados en los últimos mil metros.

Sin embargo, con un épico último esfuerzo, estos lograron aguantar la embestida. El joven Van den Broek cedió el triunfo al veterano Bardet, que se vestía así con el primer jersey amarillo del que será su último Tour.