vuelta a españa

Coraje y sangre de Roglic

etapa 16

El esloveno ataca a Evenepoel después de un día insípido, gana ocho segundos y se hace mucho daño al caerse en la meta. Segundo triunfo de Pedersen

Consulta las clasificaciones de la Vuelta a España

Roglic, herido al entrar en la meta ep

José Carlos Carabias

TOMARES (SEVILLA)

Fue una ráfaga de emociones en cinco minutos, un carrusel intenso en un pueblo de Sevilla, Tomares, después de un día insípido por la Vuelta. Fue el episodio del coraje y la fatalidad de Primoz Roglic. Un desenlace descorazonador después de un destello luminoso. El ... ataque del esloveno a dos kilómetros de la meta, el horizonte de una bonificación, segundos extra y refuerzo moral, y la desgracia de una caída absurda a 50 metros de aspecto muy áspero. Roglic acariciaba una jornada de renta inesperada después del pinchazo de Evenepoel y se lleva un golpe tremendo que complica su rendimiento futuro en la Vuelta. Tan solo ocho segundos frente al líder. Sangre y dolor para el triple vencedor de la ronda.

La visión de Roglic conmueve. Recostado contra una valla, la pierna ensangrentada como las perlas de Dinarama, el maillot abierto y más rastro de sangre, un gesto de tormento en la mano derecha y las gafas descolocadas en la armonía estética del rostro...

El cuadro confiere una sensación agónica para el esloveno, una imagen similar a la que vivió en el Tour 2020 cuando llegó a la Planche des Belles Filles con el caso desmadejado, la mirada sin dueño y algo parecido a los límites del cuerpo humano cuando penetraba en el agujero de un Tour perdido en la cronoescalada ante Tadej Pogacar.

Roglic es duro como el pedernal, se reconstruyó el hombro durante el último Tour apoyándose en la espalda de un aficionado que lo ayudó en la cuneta después de otra caída estrepitosa.

En el enrevesado final en ligera pendiente, el esloveno acelera con ese tranco de potencia pura, una pelota de músculos en movimiento que busca dañar al rival. Se alían los astros y pincha Evenepoel, aunque lo hace en la frontera salvadora y sin penalización de tiempo de los últimos tres kilómetros, Roglic no mira y se lleva a los velocistas en su vagón.

Espectáculo después de una sesión plomiza, sin historia camino de Sevilla. El triple ganador de la Vuelta araña tiempo (ocho segundos, correcta decisión de los jueces) y se dispone, ambicioso, a ampliar la suma. Quiere más segundos de bonificación.

Cinco titanes se juegan la 'volata' y no hay color porque Pedersen es superior y se dirige a su segundo triunfo, pero Fred Wright sale de una rueda y choca con Roglic. El costalazo es bárbaro, el daño intenso, la sangre espanta...

Se acerca a preguntar Evenepoel. «Espero que no sea nada y pueda recuperarse para continuar». El líder casi se alegra de haber pinchado a 2,7 km. de meta y haberse evitado el sofocón. Aunque se duele de la mano y las heridas hacen pensar otra cosa, Roglic no tiene nada roto. Ni siquiera quiere acercarse al hospital para ratificarlo, tal es el enfado que gasta. Es el peaje de un deporte único: los ocho segundos más caros de la historia.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios