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Vuelta a España

Roglic viaja en butaca por la montaña

Nadie prueba al esloveno en la serranía de Gredos, donde Majka gana frente a la casa de 'Chava' Jiménez

Cxcling
José Carlos Carabias

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En la casa que habitó Jose María 'Chava' Jiménez, tonos tierra con piedra crema, chalet de dos pisos y jardín, luce una gran fotografía vertical del ciclista con la única camiseta que conoció, Banesto, y que cubre las puertas negras del garaje. Rafal Majka levanta ... los brazos pasadas las cuatro y media de la tarde frente al hogar del Chava, que hoy es propiedad de su hermano Juan Carlos, el escultor. La Vuelta aterriza justo en ese punto simbólico y afectivo en memoria de un ciclista único, en un pueblo de 2.000 habitantes con la mayor densidad de corredores de elite del mundo. Diez metros más allá, en la rotonda con una efigie dedicada a Jiménez, vive Carlos Sastre, ganador del Tour 2008, el otro campeón de la localidad. Ha pasado como una centella Majka y también el pelotón por la calle Ángel Arroyo, en recuerdo del corredor con el que empezó todo en el Tour 1983. Un amigo suyo, Víctor Sastre, padre de Carlos, adiestrador del Chava, fundó la escuela más prolífica de Castilla y León, vivero de ciclistas de elite, Mancebo, Navas, Lastras, Curro García, Diego Rubio... En esta cuna de tradición y solera, Primoz Roglic viaja en butaca. Montaña sin contienda, plácido tránsito sin hostilidades por Las Villuercas y la serranía de Gredos. Nadie lo aprieta, en espera de la tercera semana siempre tan gravosa para el esloveno.

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