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Vuelta a España

Marc Soler, el agitador de la Vuelta

El catalán del Movistar ataca a 90 kilómetros, pero Gaudu le arrebata el triunfo en la Farrapona

José Carlos Carabias

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No hay público en la lengua de asfalto que conduce a uno de los parajes más hermosos de Europa, el parque natural de Somiedo, montañas en modo semisalvaje donde los senderistas disfrutan de la naturaleza en el lago de Salienza, en las rutas por los valles verdes donde pastan vacas y caballos en libertad, sendas para perderse y fundirse con la tierra en Asturias. Hasta ahí llega la Vuelta a España, siempre a la caza de los mejores escenarios para vender país y promocionar el turismo interior. Hasta ahí aterriza fundido y no feliz Marc Soler, el agitador de la carrera, que ha vuelto a escapar a la vigilancia del pelotón, que recorre libre las cuencas mineras y los prados asturiano y que se lleva un premio de consolación. Ha recortado un minuto a los líderes en la clasificación general y ya está detrás de su compañero Enric Mas. Pero no ha ganado en la cima que une este puerto que enlaza con Castilla y León. Lo hace el francés David Gaudu en un esprint casi sencillo puesto que demuestra más velocidad cuesta arriba que el español. Son dos ganadores del Tour de Porvenir frente a frente: el vencedor del 15 se impone al del 16.

Los ciclistas del Ineos y del Education First protestan en la línea de salida de Villaviciosa y, sin llegar a plantarse , piden explicaciones sobre la etapa de Suances que decretó segundos de pérdida para algunos (Carapaz, Carthy) en la victoria de Roglic. Javier Guillén, el director de la Vuelta, les dice que entiende su malestar, pero que no es cuestión de la organización de la carrera, sino de la UCI y su cuerpo de comisarios.

Es la continuación de la huelga que hicieron los corredores en el Giro, probablemente aquella con motivo justificado. Habían viajado doce horas con lluvia y nieve dos días consecutivos, algunos equipos se tuvieron que levantar a las 7 de la mañana para ir a la salida, los hoteles muy lejos, y una etapa llana de 250 kilómetros por delante. El director del Giro se enfadó de veras . «Por hoy vale, pero algunos equipos lo pagarán», amenazó.

La situación en la Vuelta nada tiene que ver. El jurado, el árbitro del ciclismo, entendió que hubo retraso de Carapaz y Carthy respecto a Roglic en Suances. Ineos y Education First discrepaban. Como hubo un precedente en el Giro, los ciclistas de dos equipos se envalentonaron y creyeron ver que todo el monte es orégano. «Nosotros no tenemos nada que ver », argumentaba Guillén. La salida de la carrera se retrasó quince minutos por la fabulosa orografía de Asturias.

La jornada proponía una cadena de puertos de largo recorrido con algunos pasos extraordinarios de montaña. La Colladona, un clásica desde Pola de Laviana, la Cobertoria, donde Zülle se dejó las gafas en un descenso, el puerto de San Lorenzo, que une los valles hacia el parque de Somiedo y deja atrás el Angliru, y la Farrapona, vergel del senderismo donde Contador hizo trizas a Froome en 2014.

Por allí mueve la carrera de nuevo Movistar, un equipo que se ha hecho la cirugía estética en la Vuelta. En vez de la calma y el fuego lento tan usuales en la casa, proponen guerrillas y campos minados por las carreteras. Salta Marc Soler en la Cobertoria, cuando faltan más de 90 kilómetros para la meta. Enlaza con una escapada y se une a su compañero Nelson Oliveira en unión de otros, Gaudu, Storer, Donovan y el filósofo francés Guillaume Martin. Escapada competente que avanza y hace camino.

El Jumbo pone el potenciómetro y calcula . Soler está a cuatro minutos y no parece el principal candidato para ganar la Vuelta. La fuga nunca coge esas dimensión, sino que navega en la profundidad de los tres minutos.

Transitan San Lorenzo, el tercer puerto de primera del día, los fugados y el pelotón y nada cambia. No hay nervios en el líder Roglic, pese al empeño entusiasta de Marc Soler, condecorado como la punta de lanza del Movistar y único triunfador del equipo esta temporada (una etapa en Mallorca y otra en Lekumberri en esta Vuelta) .

La subida a la Farrapona tiene poco que contar. Saltan Soler y Gaudu, y el Jumbo concede día libre a Gesink, Bennett y Kuss , los tres mejores gregarios de Roglic. Gaudu lanza el esprint con fe y Soler muestra su ritmo diésel. No puede culminar, se queda a medias sin levantar el puño en honor a su coraje.

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