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Isidro Nozal: «Me crezco cuando me mandan trabajar para los demás»

El singular «maillot» oro de la Vuelta, que tiene un póster de Induráin dedicado por casualidad, ya no quiere ser camionero como su padre. Prefiere trabajar cinco horas al día en la bici. Dice que hay una «pequeña posibilidad» de ganar la carrera

VALENCIA. Recién desayunado, pendiente de una llamada que le confirme que ya tiene casa de alquiler en Oviedo, rodeado de un campo de golf en el día de descanso, Nozal atendió a ABC.

- El otro día se durmió veinte minutos después de terminar la etapa de Cauterets. ¿Es despreocupación o falta de sueño?

- Aquel día estaba reventado. Siempre que me echo en el sofá-cama del autobús, como esté escuchando música, me duermo. Igual no soy consciente de lo que me está pasando.

- Pudiera ser que no piense en ganar la Vuelta.

- Hay una pequeña posibilidad. Pero mientras Igor esté como está, intentaremos ganar la Vuelta con Igor.

- La clasificación dice otra cosa.

- Me gusta que me digan lo que tengo que hacer. Llevo cinco años en el ONCE y siempre he hecho lo que me han mandado. Siempre he sido gregario.

- Sáiz dijo que usted era demasiado buena persona para ser ciclista.

- Si no hubiese gente buena, si no hubiese gregarios, no habría líderes. Tiene que haber gente como yo.

- Vive su papel con naturalidad.

- Es que yo empecé en el ciclismo por casualidad, por divertirme. Nunca pensé en ser un deportista de elite. Mis amigos tenían su oficio y nos lo pasábamos bien. Unos cortaban madera, otros eran camioneros, otros trabajaban en el taller de su padre. Yo pensaba hacer eso, pero nunca estar aquí. Esto es un lujo que se me ha presentado en la vida. Lo que yo tengo no lo tiene ninguno de mis amigos con 25 años.

- ¿Tuvo algún ídolo?

- ¡Si nunca había visto ciclismo hasta hace seis o siete años, cuando empecé a correr como aficionado! Si veía una carrera de motos o coches, quitaba el ciclismo de la tele. Me daba igual.

- Pues por su juventud pasó el mejor ciclista español de la historia.

- Tengo un póster firmado por Induráin, pero no porque yo lo quisiese. Tengo una tía en Pamplona, que es conocida de una persona cercana a Induráin. Y un día me trajo el póster. Allí lo tengo, en la habitación, pero a lo mejor otro chaval le hubiera dado más valor.

- Se lo hubiera cambiado a su tía por uno de Crivillé o Sito Pons...

- Psss. Pensé, bien, me has dado un póster de este Induráin que sale en la tele y gana el Tour. Pues, bien. Y cuando salía en la tele, yo pensaba: tengo un póster firmado por él. Pero nada más.

- ¿Y qué hacía las tardes de julio mientras todos veían a Induráin?

- Iba al monte a plantar eucaliptos.

- ¿Nunca le vio en el Tour?

- Sí, alguna vez. Si coincidía a la hora de comer o si llovía y no podía salir.

- Y ahora que está dentro, ¿le gusta el ambiente del ciclismo?

- Lo empecé a entender con Jalabert y Olano. Sobre todo, con Olano. Veía el ambiente en el que se movía él y no me gustaba mucho. La Prensa no dice siempre las cosas como pasan y yo a veces me preguntaba: ¿Pero cómo pueden decir esto si es al revés?

- Ya no quiere ser camionero, como su padre.

- El camionero trabaja 24 horas y, si saca para cubrir el día, va bien. Aquí trabajo cuatro horas, cinco el día que más, y el resto del día lo tengo libre. Me levanto a entrenarme a las once de la mañana y, si no, por la tarde. No tengo horario. Eso un camionero no lo tiene.

- ¿Cómo llegó al ONCE-Eroski?

- Me llamó Manolo y me dijo si quería ser profesional, sin ninguna obligación de nada. «Si quieres, ven a mi equipo. Si no quieres, nada».

- En el famoso descenso del Aubisque, usted líder y gregario y Galdeano detrás. ¿No tuvo ninguna duda?

- Yo tomé la iniciativa de tirar a por Heras. Sabía que había que tirar. Es mi trabajo de siempre. Y como lo sé hacer... Llevo el jersey de líder, pero no parece que sea líder. Ahora el trabajo lo hacen mis compañeros, pero como yo lo he hecho siempre, a veces no puedo evitarlo.

- ¿Le da reparo que trabajen para usted?

- No me da vergüenza. El ciclismo es así. Yo me veo en el pellejo de ellos. A lo mejor no vuelvo a llevar un «maillot»de líder en mi vida...

- ¿No coge la batuta?

- Yo no hago nada. Sólo llevo el «maillot» oro e intento ir lo más adelante posible. Igor y Manolo ya saben lo que hay que hacer.

- ¿No tiene iniciativa?

- La tuve en el Aubisque. Si no tomo yo la iniciativa, me hubiese mandado Manolo un minuto después.

- ¿Cómo es su relación con Igor?

- Perfecta.

- ¿Qué es lo que más le ha sorprendido de lo que ha visto y oído?

- El morbo que generan las cosas que no existen. Los malos rollos surgidos de la nada.

-¿Y si al final gana la Vuelta?

- Mi vida será igual. Seré el que conocen aquí y en casa. Pasaré una semana con mi novia en Oviedo, iré a correr a Italia y a seguir trabajando.

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