Egan Bernal, el campeón de las piernas asimétricas

El que fuera primer sudamericano en vestir de amarillo en los Campos Elíseos presume ya de rosa en las calles de Milán y mira con ambición hacia la Vuelta a España , que disputará seguramente este año vaya o no a los Juegos Olímpicos . El suyo sería un doblete histórico, pues le convertiría en el octavo ciclista con las tres grandes en su palmarés y el más joven de siempre en conseguirlo. Una carrera de ensueño a la que no le han faltado los problemas.

Empezando por su padre, amante del ciclismo, que no quería que su hijo se dedicara a la bicicleta. Conocía tan bien lo complicado que era este deporte y el sufrimiento que acarreaba que trató de disuadir al joven Egan. No pudo. A los cinco años ya disfrutaba sobre las dos ruedas en Zipaquirá , donde Fabio Rodríguez -uno de los gregarios más famosos de Tony Rominger - dirigía la escuela municipal. Bernal no tenía ídolos, pero sí ambiciones. Se especializó en bicicleta de montaña y comenzó a ganar carreras. Tantas que llegó a ser subcampeón del mundo y campeón del Panamericano.

Con 19 años dio el salto a la carretera y no tardó en hacerse profesional. Apenas dos temporadas en un modesto equipo italiano hasta que los grandes se lanzaron a por él. Su brillo había comenzado a acaparar miradas y fue el todopoderoso Sky (precursor del actual Ineos) el que se hizo con sus servicios. Un acierto, pues no tardó más que unos meses en comenzar a rentabilizar su fichaje. Ya en ese 2018 fue un gregario de lujo para Froome y Thomas en su primera experiencia en el Tour de Francia , carrera a la que volvió un año después para ganarla con solo 22 años.

Por entonces, los dolores crónicos en la espalda eran una constante con la que había lidiado durante toda su vida. Ganaba a pesar de ese problema, que se hizo insoportable para él en 2020. El parón por la pandemia y el brusco regreso a la competición agravó esos pinchazos lumbares que le impidieron rendir en la ronda gala. Al buscar el origen de su dolencia descubrió que tenía una pierna más larga que la otra. Asimetría que no le había impedido ganar, pero que le había desarrollado una escoliosis que tuvo que tratar con mimo.

Ha vuelto con fuerzas en 2021, en un Giro diseñado para él, como más tramos de tierra que nunca. ‘Sterrato’ sobre el que ha cimentado su victoria en la ronda italiana en un año distinto, donde no irá al Tour y en el que le esperan los Juegos y La Vuelta.