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Desolación en El Barraco, donde le consideraban su mejor embajador

Azucena, viuda de Jiménez (en el centro), es consolada por familiares y amigos. FOTOS: DANIEL G. LÓPEZ

ÁVILA. La noticia de la muerte de José María Jiménez corrió como la pólvora por su localidad natal, El Barraco, un pequeño municipio de Ávila de apenas 2.000 habitantes. En las calles, en los bares, los vecinos charlaban, incrédulos y conmocionados, sobre el fallecimiento ... del «embajador más internacional de El Barraco y uno de los vecinos más queridos». «José María había recuperado la alegría», aseguraba el también ciclista Francisco Mancebo.

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