Ciclismo
Las agonías del Movistar: el gran equipo español en riesgo de descenso
Después de 38 años en la élite, la histórica escuadra de Induráin y Perico lucha por no bajar a segunda división
Solo hay un equipo español en la primera división del ciclismo, el denominado World Tour, y está en riesgo de descenso. Tanto se había acostumbrado el ojo al Movistar y a sus anteriores denominaciones (Reynolds, Banesto, Baleares, Caisse d'Epargne) que casi rechina la visión ... futurista del gran equipo ciclista español en las catacumbas de la segunda división, el llamado UCI Pro Team. La posibilidad es real por el sistema de puntos otorgados a los ciclistas en cada carrera, que delimita a final de año el descenso de cuatro de los 22 equipos de la máxima categoría. El Movistar se encuentra en el alambre, decimosexto y bajando. Para escalar posiciones, el conjunto de Eusebio Unzué se ve obligado a exprimir estos días en pruebas secundarias a Alejandro Valverde, su mejor activo y el que más puntos aporta al conjunto.
La Unión Ciclista Internacional (UCI) modificó el sistema de puntuación en 2019. Cada carrera del calendario concede puntos a los ciclistas en función de su clasificación general, en las etapas y en las secundarias. El recuento mensual y anual se realiza en base a los diez ciclistas de cada equipo que más puntos han obtenido. El resto no cuenta, el undécimo clasificado de cada escuadra es como si no hubiera participado. Y cada tres años se renuevan las licencias de los equipos de primera división, de tal manera que los últimos cuatro clasificados bajan a segunda y suben los cuatro primeros del Pro Team.
La diferencia entre militar en segunda o en primera división es la misma que en el fútbol. Todos los equipos World Tour tienen derecho a participar en las principales citas del calendario, incluidos Tour, Vuelta y Giro, las clásicas y las mejores carreras de una semana. El resto concursan por una invitación. Esto, al margen del reparto de dietas, premios económicos, visibilidad en televisión, captación de patrocinadores y demás. « Hay un mundo de diferencia entre una categoría y otra», dice a ABC Sebastian Unzué, el hijo del fundador del equipo, ahora miembro del 'staff' del Movistar.
Movistar es la herencia patrocinadora del histórico Banesto de Miguel Induráin o el Reynolds de Perico Delgado , el conjunto español fundado hace 42 años por José Miguel Echávarri y Eusebio Unzué, que ha conquistado siete Tours de Francia, cuatro Vueltas a España, cuatro Giros de Italia y más de mil victorias en su andadura profesional. En el grupo telefónico cunde la preocupación por el futuro inmediato y el agobio del descenso. «Claro que hay inquietud y nerviosismo, porque nada sería bueno si descendemos -explica Sebastián Unzué-. Pero tenemos margen para reaccionar y llegan nuestras carreras, el Tour de Francia y la Vuelta a España».
El Movistar arrastra los efectos de un pésimo 2020, vacío de victorias para Alejandro Valverde, y la salida de tres corredores con jerarquía para sumar, Nairo Quintana, Richard Carapaz y Mikel Landa. La marcha intempestiva de 'Supermán' López el curso pasado durante la Vuelta a España también ha restado efectividad y puntuación a un grupo en el que no han cuajado los fichajes de ciclistas teóricamente llamados a lograr triunfos, Iván García Cortina, Alex Aramburu, Óscar Rodríguez o Gorka Izaguirre. En el Movistar todos han perdido pegada.
«El sistema de distribución de los puntos no tiene lógica -opina Sebastián Unzué-. Recuerdo a Cortina puntuando más por llegar el undécimo en una carrera de un día que por hacer tercero o cuarto en una etapa del Tour. El otro día ganamos una etapa con Carlos Verona en la Dauphiné y son 60 puntos. Y una carrera de menor nivel en Bélgica otorga 125 puntos al vencedor de la general. No es normal. Nos vemos obligados a correr pruebas de segunda y tercera para mantenernos en primera».
En esa cuenta permanente, calculadora en mano, también han penalizado al Movistar las caídas de Enric Mas, una de sus referencias que resultó herido en el País Vasco, la Tirreno y la Dauphiné. «Igual hay que cambiar de táctica en el final de curso -dice Unzué-. Ir a carreras secundarias y esprintar con dos corredores en vez de trabajar todos para uno. El objetivo debe ser sumar puntos, que se logran no solo ganando sino haciendo puestos».
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