Los Chiefs de Mahomes y Kelce -y Taylor Swift- se citan con los 49ers en la Super Bowl

Los Chiefs hicieron buena su condición dinástica en la NFL de la última década y consiguieron entrar en la final en un partido en el que no llevaban la vitola de favoritos. Es difícil no considerarles como tales cuando Patrick Mahomes, su 'quarterback', está sano y sale a un campo de juego. Pero lo cierto es que sus rivales, los Baltimore Ravens, iban por delante en las apuestas.

Había razones para ello. Su 'quarterback', Lamar Jackson, es el gran favorito para llevarse el MVP de la temporada. Jackson es un mariscal de campo con amenaza doble -su juego de carrera es tan portentoso como su pase, lo que le convierte en una pesadilla para las defensas- y el año pasado logró que los Ravens dispararan su salario. El desembolso ha estado justificado, a juzgar por su rendimiento este año. Al menos hasta el partido del domingo, donde se vio superado por Mahomes, el mago de la NFL.

Al contrario que Jackson, Mahomes ha firmado una temporada regular discreta. Lo que es incluso más raro para él: anodina. Pero eso ha cambiado en los 'playoff' y se confirmó en la final de conferencia. Mahomes sacó sus habituales trucos de chistera: forzar la posesión y salir de situaciones imposibles, esquivar placajes, encontrar pases cuando al resto se les hace de noche…

En Baltimore, donde se disputó el partido, halló a su compinche favorito, Travis Kelce. A sus 34 años, el 'tight end' de los Chiefs recuperó su mejor versión en el momento en el que más lo necesita su equipo. Kelce está en boca de todo el mundo por su relación con Taylor Swift, que ha atraído todavía más atención -si es que el 'deporte rey' de EE.UU. la necesita más- sobre los Chiefs y sobre la NFL.

La realización del partido culminaba cada jugada brillante de Kelce con una imagen de Swift en el palco, exultante, dando saltos. La cantante apareció muchas veces porque Kelce fue determinante. En la primera oportunidad de ataque de los Chiefs, su entrenador, Andy Reid, leyenda viva del deporte, se la jugó por un pase en el cuarto 'down', la última oportunidad para mantener la posesión. Mahomes conectó con Kelce. Poco después, la misma conexión, pero para 'touchdown'. Kelce demostró que la edad no ha mermado su capacidad de colocación, ni la finura en las manos para recibir pases y ni el ajuste de su cadencia con Mahomes: atrapó pelotas de todos los colores y acabó por romper el récord de Jerry Rice para pases recibidos en partidos de 'playoff'.

Los Ravens, que llegaban a la antesala de la final con la mejor defensa de la liga, no pudieron parar a la dupla Mahomes-Kelce. Al contrario, la defensa de los Chiefs, que se ha afinado con el paso de la temporada, sí consiguió inhabilitar a los Ravens, a los que derrotaron por 17-10.

«Créetelo, 'baby', nos vamos a Las Vegas!», gritó Kelce a Swift desde el podio donde el equipo celebró el título de conferencia. Poco antes, la pareja se morreó sobre el terreno de juego, con todas las cámaras sobre ellos. La NFL se frotaba las manos: el valor de negocio de tener a la estrella pop en el partido más importante de la liga es incalculable y ya se estima que será la Super Bowl más vista de la historia.

«¡Los Chiefs siguen siendo los Chiefs!», gritó también Kelce, en un dardo a los que dudaron de si la dinastía de Kansas City acabaría tras una temporada mediocre.

«El trabajo no ha acabado», dijo Mahomes, la pieza central del equipo. Desde que él es titular con los Chiefs, han llegado a seis finales de conferencia y a cuatro Super Bowl. A sus 28 años, ha ganado dos anillos y ahora tiene la oportunidad de un tercero.

Delante tendrá a un 'quarterback' convertido en sensación y que también ha sonado -menos que Jackson- para el MVP: Brock Purdy, de San Francisco 49ers.

Purdy estuvo cerca de quedarse sin su primera Super Bowl. Él y los 49ers tuvieron enfrente a unos Detroit Lions que salieron a comerse una oportunidad histórica para llegar a la gran final. Los Lions son una de las cenicientas de la NFL, un equipo acostumbrado a la depresión y al fracaso, que no había entrado en los 'playoff' en 32 años.

Su entrenador, Dan Campbell, ha tardado tres años en cambiar la dinámica perdedora de los Lions, pero lo ha hecho a lo grande, llegando hasta la final de conferencia. Y nada más pisar el verde, el equipo de Detroit salió a arrollar. Con un juego de carrera dominante, avasalló a los 49ers y les endosó un 24-7 en la primera parte.

En la segunda mitad, su juego se desmoronó y apareció el de los 49ers, un equipo que domina en todos los sectores del ataque: Purdy interpreta las defensas a la perfección y este domingo se permitió alguna carrera decisiva que hizo despegar a su equipo; en el juego de carrera tienen al mejor 'running back' de la liga, Christian McCaffrey; George Kittle es un 'tight end' veterano y consistente; y cuentan para la recepción de pases con Deebo Samuel, uno de los más efectivos de este deporte.

Los Lions, como han hecho toda la temporada, jugaron con agresividad y lo acabaron pagando. Campbell prefirió jugarse a conseguir un 'touchdown' -6 puntos- en lugar de una patada a palos -3 puntos- y perdió la posesión. Pocos minutos después, los 49ers les endosaban un 'touchdowns' y, tras una pérdida de los Lions, otro más. El sueño de una Super Bowl volaba lejos de Detroit. Al final el marcador quedó 34-31 para San Francisco.

La final Chiefs-49ers supondrá una revancha para el equipo de San Francisco y su entrenador, Kyle Shanahan, que ya perdieron la Super Bowl de la temporada 2019, en la que desperdiciaron una ventaja de 11 puntos en el último cuarto. Mahomes llevó en volandas a su equipo a una remontada memorable.

El próximo 11 de febrero, los Chiefs, otra vez, no serán favoritos. Pero el equipo de Kansas City ha dejado algo claro: para ser campeón, hay que sobrepasar a Mahomes, Kelce y compañía, en su cuarta aparición en la Super Bowl en cinco temporadas. Nunca es tarea fácil, le tienen tomada la medida a los grandes partidos.