Chapado tira de las orejas a Katir: «La normativa está ahí y hay que conocerla»

Crece la desconfianza en el mundillo. Son pocos los compañeros de profesión que se atreven a poner la mano en el fuego por el muleño, y menos aún a expresarlo en público. En cambio, brotan las voces críticas: Adel Mechaal, Gonzalo García, Carlos Mayo… «La suspensión es una noticia positiva», dice el primero, el gran rival español de Katir en el último trienio, dentro y fuera de la pista. «Yo en 2020 le ganaba, y un año después él estaba batiendo todos los récords de España», comenta este último en el ‘Heraldo de Aragón’, alimentando la sospecha.

Entre tanto ruido y nerviosismo, surge la voz autorizada de Raúl Chapado, presidente de la Federación Española (RFEA), obligado a comparecer por la gravedad del asunto y la importancia del protagonista. Nada menos que el actual subcampeón mundial de 5.000 metros, y junto a Jordan Díaz y la marcha, la gran esperanza de que el atletismo español sumase alguna medalla en los Juegos de París.

«La Federación Española está a favor de la lucha contra el dopaje, de los deportistas que compiten de forma justa y limpia. Los deportistas están obligados a cumplir la ley», dijo al comenzar una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por Ana Ballesteros, directora general de la RFEA, y en la que se mostró cauto con un proceso «que está en su primera fase de instrucción». «Este caso es muy especial», admitió, consciente del enorme revuelo mediático provocado. «Está sometido a confidencialidad y nos toca respetar el procedimiento. Fui informado por el propio representante del atleta el miércoles, antes de una reunión de World Athletics. Me lo contó y me leyó el comunicado que iban a emitir. No hablé más».

Pese a esa prudencia obligada en las explicaciones, no desperdició la ocasión de tirar de las orejas tanto al atleta como a su entorno: «Seguir la norma es una responsabilidad de los atletas. Tienen la obligación de hacerlo. Es un compromiso de todos para mantener íntegra esta lucha. La normativa está ahí y hay que conocerla».

La cosa no pinta bien para Katir. La suspensión provisional no deja de ser el resultado final de un proceso que arroja demasiadas dudas sobre el comportamiento del deportista. Solo se llega a ella después de un cúmulo de despropósitos o de acciones premeditadas. Así, Chapado explicó que el atleta es alertado por la AIU cada vez que comete un fallo de localización. Después, tiene diez días para realizar alegaciones. Si son rechazadas, como es el caso, es cuando contabiliza como aviso. La Federación recibe copia de cada comunicación, por lo que eran conscientes de que Katir había incumplido las normas. No se han querido dar datos sobre cuándo se produjeron las infracciones, pero se cuenta que la última llegó el pasado mes de octubre. Es decir, en la RFEA eran conscientes de que este momento iba a llegar. «Las normas nos obligan a no intervenir en los procesos abiertos». De ahí que tampoco haya hablado con el atleta al conocer su suspensión provisional.

El presidente de la RFEA mostró muchas dudas sobre las opciones de Katir de acudir a París. El proceso se tendría que acelerar muchísimo, toda vez que la cautelar no supondría la cancelación del expediente abierto. Dependen por completo de los procedimientos y plazos de la Unidad de Integración del Atletismo y la posible elevación del caso al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). No se actuará fuera de ese cauce: «La Federación aprobó en 2017 los criterios de elegibilidad. Van antes que cualquier criterio deportivo. Cualquier deportista que tenga un expediente abierto por disciplina o dopaje no es elegible. Katir no irá a los Juegos mientras tenga un expediente abierto».

Mohamed Katir ha confiado el caso a Borja Osés, experto en derecho deportivo y asesor jurídico de la Agencia Vasca Antidopaje, así como de numerosas federaciones y clubes. Él fue quien llevó el caso de Adel Mechaal en 2017, que fue suspendido por la Agencia Española Antidopaje (antes AEPSAD, ahora CELAD), por un motivo prácticamente idéntico. El asunto llegó hasta el TAS y la resolución definitiva llegó seis meses después de comunicarle la sanción al atleta, cosa que en este caso aún no ha ocurrido.

«Tenemos una historia para haber aprendido de ella. Si hay algún caso que afecta a la reputación de nuestro deporte es muy preocupante. Nos gustaría que se hablara de los éxitos o incluso de las no medallas conseguidas», dijo Chapado a modo de colofón. Sabe que va a costar limpiar esta mancha.