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Protagonista

La sorda, una pasión

Miguel Minondo Verdú, presidente del Club de Cazadores de Becada

Miguel Minondo Verdú, con sus perros

Ysabel Aguirre

En un tiempo en el que impera lo artificial, las migratorias vienen todos los años a recordarnos lo que es la caza más auténtica y salvaje. La becada en particular posiblemente sea el paradigma de la caza con perro de muestra, un romántico ejercicio cinegético que puede colmar las expectativas del cazador más exigente.

Hoy los devotos de esta limícola tienen un lugar de encuentro, el Club de Cazadores de Becada (CCB), que nace siguiendo el modelo del Club National de Becassiers (CNB), de la mano de Faustino Alonso y Josep Ullastre y con el propósito de conseguir que la becada se cace bajo criterios éticos, de sostenibilidad y disfrutando de la labor del perro de muestra.

El club que preside hoy Miguel Minondo es el fruto de mucho esfuerzo y trabajo. Desde su primer embrión, una página web sobre la becada creada en el año 1996 por José Palomo, hasta su asamblea fundacional en el otoño de 1999 en la localidad riojana de Nájera, hubo que superar muchas dificultades. En la actualidad el CCB cuenta con 1.100 socios aproximadamente de casi todas las provincias españolas y sus actividades se reparten entre el anillamiento científico de becadas, la recogida de información a través de los datos de cacerías, el seguimiento de becadas marcadas por satélite o el censo de becadas nidificantes en España, sin olvidar la promoción de la cinofilia mediante un circuito de pruebas de perros de muestra sin muerte.

La vertiente naturalista del becadero y su compromiso con la conservación no es un secreto, y Miguel no es una excepción. Amante de los deportes y otras actividades al aire libre, siente un especial interés por la naturaleza y la fauna, en especial por la observación de los animales y las migraciones de las aves.

Complicidad con el perro

Se considera un cazador inquieto cuya relación con la caza de la becada empezó en el pueblo del Pirineo navarro donde vive su familia -«aunque he cazado becadas en multitud de lugares, no entiendo esta caza si no es unida a los bosques en los que la conocí por primera vez…». El presidente del Club de Cazadores de Becada sostiene que lo que hace única esta modalidad es la complicidad del binomio perro-cazador en la soledad del bosque, el misterio de las migraciones de la sorda y la dificultad que entraña. Y cree firmemente que la caza se trata de algo más que salir al monte con la escopeta y que el cazador debe participar en la gestión sostenible y en el estudio de las especies para garantizar su supervivencia y aprovechamiento a largo plazo. «Esta es la filosofía que trata de defender nuestro club».

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