Ajedrez
El caso Carlsen-Niemann se complica: dispositivos anales y trampas, confesadas y por demostrar
Magnus Carlsen y Hans Niemann volverán a coincidir en un torneo por internet, patrocinado por la empresa del campeón, del 18 al 25 de septiembre
¿Y si Hans Niemann no es un tramposo?
Carlsen, el drama de perder contra un idiota

No es fácil seguir el hilo del caso Carlsen-Niemann. Unos días, el culebrón amenaza con convertirse en el mayor escándalo que ha vivido el ajedrez en el siglo XXI. Otros, parece una bomba de humo. Las últimas noticias enredan aún más la madeja. Del 18 al 25 de septiembre, se celebrará un torneo en el que volverán a participar los dos grandes maestros implicados en el escándalo. El campeón del mundo, Magnus Carlsen, y su presunto estafador, Hans Niemann, se verán las caras de forma virtual. Puede que su próxima partida en la Julius Baer Generation Cup, una especie de pelea entre generaciones, sea una de las más seguidas del año.
Podría pensarse que el primero no se presentará a la cita, después de retirarse mosqueado de la Sinquefield Cup en San Luis, pero resulta que este nuevo torneo está patrocinado por el banco suizo Julius Baer y por Play Magnus Group, empresa fundada por el campeón noruego. Sin su visto bueno, nunca habrían invitado a Niemann. ¿Es esto una sutil petición de disculpas, al igual que el vídeo de Jose Mourinho con el que 'explicó' Carlsen su abandono fue una forma sibilina de acusar al joven airado que le ganó en San Luis? Incluso podría tratarse de un cebo –esto parece más rebuscado– en un intento desesperado de pillar a Niemann con las manos en la masa. El mayor problema del ajedrez actual es que un aficionado con una aplicación y un teléfono móvil podría derrotar sin despeinarse a los mejores grandes maestros.
También es relevante saber que Hans Niemann reconoció en una de sus entrevistas con Alejandro Ramírez que hizo trampas en dos ocasiones, en Chess.com, cuando tenía 12 y 16 años. Asegura ahora que ahí terminó su 'historial delictivo' y que está muy arrepentido por aquellas tonterías, en la que no había dinero en juego. «Decidí que la única manera de enmendar mi error era demostrarme a mí y a los demás que podía ganar por mí mismo. Esa ha sido mi misión y por eso he vivido en una maleta durante dos años. Por eso he jugado 260 partidas en un año y he entrenado 12 horas al día: porque tengo algo que demostrar».

Chess.com, por su parte, que compró recientemente la empresa de Carlsen y mantiene con él una relación muy estrecha, ha vuelto a bloquear su cuenta, sin dar demasiadas explicaciones. El portal de ajedrez asegura que ha enviado a Niemann nuevas evidencias de sus trampas y que estas son más de las que admitió el americano. También le han comunicado que no podrá participar en el Global Chess Championship, que organizan ellos. ¿Prueban sus trampas en internet que ganara a Carlsen con malas artes sobre el tablero?
Bolas vibradoras
Pero para teorías rebuscadas, la que recogió el magnate Elon Musk en un par de tuits, que luego borró, a partir de una broma en Reddit. El dueño de Tesla comentaba jocoso que Niemann pudo utilizar algún dispositivo anal (se habla de bolas vibradoras) para comunicarse con el exterior de la sala. Antes de eliminar sus comentarios, las redes celebraron con alborozo la posibilidad.

Quien también ha terciado en el asunto es el ex campeón Garry Kasparov, presente en San Luis. El Ogro de Bakú ha exigido a Carlsen en una serie de mensajes que aclare de una vez el motivo de su retirada en la Sinquefield Cup. «No profundizaré en las feas insinuaciones del asunto ahora, pero debo comentar lo que sí sabemos: el campeón mundial de ajedrez Magnus Carlsen se retiró del torneo más importante del mundo en San Luis, un acto sin precedentes en los últimos 50 años, y se requiere su explicación».
«La retirada de Carlsen fue un golpe para los aficionados al ajedrez, sus colegas en el torneo, los organizadores y, mientras los rumores y la publicidad negativa se arremolinan en el vacío, para el juego. El título mundial tiene sus responsabilidades, y una declaración pública en este caso es la menor de ellas», añadió. También habló sobre el portal que había vetado a Niemann: «Aparentemente, Chess.com ha sancionado al joven jugador estadounidense que derrotó a Carlsen, lo que provocó su retiro y las acusaciones de trampa. Una vez más, a menos que el mundo del ajedrez se vea arrastrado a interminables rumores patéticos, se deben hacer declaraciones claras».

«Toda la impresión es que el chico trabajó mucho»
Miguel Illescas
Ocho veces campeón de España
Más aún: «Crear favores y facciones basados en rumores y tonterías crípticas es perjudicial para el juego. Los jugadores, especialmente el campeón mundial, y las empresas deberían darse cuenta de eso. Los patrocinadores y organizadores no disfrutan del ambiente tóxico tanto como lo harían las redes sociales». No ha faltado quien le recordara a Kasparov que él mismo despidió a Yevgeniy Vladimirov y le culpó de pasar información al enemigo, Anatoly Karpov, durante el Campeonato del Mundo de 1986. La acusación fue gravísima, pero las circunstancias eran distintas y Garry 'solo' despidió a un colaborador en el que no confiaba.
Trampas de ciencia ficción
Seguramente, la reacción más sensata ha sido la del gran maestro español Miguel Illescas, que ha publicado un par de vídeos en los que explica mejor que nadie su interpretación de lo ocurrido. En el primero, cuenta por qué Magnus pudo pensar que le hacían trampas: «Después de colocar Carlsen su novedad teórica, Niemann hizo varias jugadas seguidas en las que solo pensó 6 segundos, en una posición inédita. ¿Cómo es que Niemann se lo sabe mejor que yo?, debió de pensar el noruego».
En el segundo, y tras las explicaciones de Niemann, acaba por decantarse por la opción de que no hubo nada oscuro en la partida. «Toda la impresión es que el chico trabajó mucho», sentencia.
Por otro lado, El octacampeón de España descubre que el día de la partida alguien analizó en la nube de ChessBase la posición que luego se vio en el tablero. La gran duda es si fue Niemann, porque intuyó la línea que podría jugarse, o si fue Carlsen o alguno de sus ayudantes, mientras preparaban su sorpresa. En este caso, no sabemos si se produjo un descuido en las medidas de seguridad, que en el ajedrez pueden llegar a ser extremas, o si el americano descubrió de algún modo, más o menos lícito, lo que estaban preparando en el equipo del noruego.
'Paranoia y locura'
A todo esto, la comunidad ajedrecística, que se fió de Carlsen casi a ciegas, ha ido virando poco a poco hacia un escepticismo, a menudo muy crítico contra el campeón del mundo. Solo Hikaru Nakamura, quien se rió hasta del acento de Niemann, ha mantenido su defensa de las supuestas tesis de Carlsen. Entre los que primero apostaron por la inocencia de Hans destaca Jacob Aagaard, quien llegó a dar clases al estadounidense y lo conoce mejor que la mayoría. En un artículo titulado 'Paranoia y locura', el gran maestro danés admite que «era difícil de entrenar» y, a la vez, tenía una memoria e intuición prodigiosas.

«Si Nakamura dice que ningún jugador 2700 calcula tan mal, se equivoca por completo», añade Aagaard. «Puedo mostrar errores posicionales cometidos por Nakamura que pondrían en duda la fuerza de juego del número dos del mundo, errores de los cuales Hans simplemente no podría creer que los ha cometido un gran maestro. Serían puntos fuertes suyos y débiles de Nakamura».
En medio de tanta paranoia, el gran maestro Richard Rapport ha pedido un poco de calma y sugiere «dejar las especulaciones en la puerta», olvidarse de los escáneres y controles a los jugadores y que estos simplemente pasen la prueba del polígrafo o alguna otra parecida. Ian Nepomniachtchi añade que para acabar completamente con las sospechas, tendrían que jugar completamente desnudos, algo a lo que Hans Niemann se ha mostrado dispuesto. Y aquí es cuando resuena una de las frases de Elon Musk: «Casi se puede oír el chasquido del guante de goma durante el registro de las cavidades antes de la partida de ajedrez».
Maxime Vachier-Lagrave, por su parte, destaca los grandes progresos de Niemann y asegura: «No puedes castigar a un ajedrecista por mejorar mucho». Y sobre los increíbles progresos del americano, su compatriota Gata Kamsky recuerda su propio caso, cuando pasó de tener 2345 puntos Elo en julio de 1989 a 2659 justo un año después. «Solo un poco de perspectiva cuando se discuta lo que es posible y lo que no», remacha el ex aspirante al título mundial.

Entretanto, no dejan de aparecer estudios que pretenden demostrar una tesis o la contraria. Entre las más destacadas, figura la de Kenneth Regan, experto en trampas de la Universidad de Búfalo y pionero en crear algoritmos para detectar partidas «demasiado perfectas». En su opinión, no hubo nada raro en la derrota de Carlsen contra Niemann.
'Dagbladet', uno de los mayores diarios noruegos, asegura por su parte que un maestro ucraniano, Andrii Punin, ha analizado las partidas de Niemann a lo largo de 14 torneos diferentes y que el nivel del ajedrecista estadounidense cuando logró el título de gran maestro es sospechoso, ya que cometía menos errores que Magnus Carlsen. «Cada día una teoría», concluye la ex campeona del mundo Susan Polgar. Quizá si número uno hablara, se acabaría con las especulaciones.
Para terminar, como en los juicios, dejamos el derecho al alegato final para el acusado, Hans Niemann: «El silencio de mis críticos habla claramente por sí mismo. Si hubiera alguna prueba real, ¿por qué no mostrarla? Nakamura ha seguido ignorando completamente mi entrevista y está tratando de barrer todo bajo la alfombra. ¿Alguien va a asumir la responsabilidad por el daño que ha hecho?».
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