Carlos Sainz y el reto de dedicar una victoria a su nieto

Al madrileño le preguntan habitualmente cómo se motiva después de haber ganado tantas cosas. Su respuesta siempre es la misma: su extrema competitividad y su pasión por el pilotaje. Sin embargo, esta edición es algo distinta. Sainz, único piloto en la historia que ha ganado con cuatro marcas diferentes y aspira a una quinta corona con otra distinta (Ford), pretende convertirse en el primer abuelo en conquistar el Dakar. Su hija mayor, Blanca, dio a luz a su primer hijo el pasado mes de junio y, desde entonces, el pequeño se ha convertido en una de las grandes ilusiones del piloto. Dedicarle el triunfo el próximo 17 de enero sería un gran regalo.

No es este su único objetivo. En esta edición, Sainz cumplirá 18 participaciones en el Dakar, lo que significa que su trayectoria en el desierto ya es tan extensa como la que desarrolló en el Mundial de rallies. El madrileño debutó con 44 años en un raid aún africano y lo ganó por primera vez con 48, en Suramérica. Al conquistar el tercero, en 2020, superó el registro de Stéphane Peterhansel como campeón más veterano, un récord que amplió el año pasado y que ahora pretende mejorar.

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Si lo consigue, sumará otro hito, pues nadie ha logrado ganar el Dakar con un coche completamente nuevo, como pretende hacerlo con el Ford Raptor T1+. Que la marca estadounidense pensara en él para iniciar este proyecto es otra de las grandes satisfacciones que se lleva. Ford es la marca con la que Sainz logró su primer Campeonato de España y la que confió en él para debutar en el Mundial de rallies allá por 1987.