Borja Bastón, el niño récord que lloraba por el Atlético

Se llama Borja González Tomás, pero futbolísticamente es Borja Bastón (30 años). Heredó el segundo apellido de su padre, Miguel Bastón, mítico guardameta del Real Burgos formado en la cantera del Atlético, y que después sería durante años preparador de porteros del primer equipo colchonero. «He sido atlético toda mi vida, desde chiquitito lo he mamado», confiesa Borja, que atiende a ABC en Oviedo, la ciudad en la que ha recuperado la sonrisa en el fútbol, después de algunas temporadas grises. Justamente fue allí, en el Tartiere, donde el Atlético de Madrid consumó su último descenso a Segunda.

Borja sólo tenía ocho años y no pudo evitar las lágrimas. «Era muy atlético en esa época y me acuerdo perfectamente que falló un penalti Hasselbaink, que era uno de mis jugadores favoritos... Tenían un equipazo, pero bajó, en Oviedo. Ese día lloré... Pero ese mismo año llegó a la final de la Copa y fui a Valencia como aficionado... y ahí lloré mucho más porque estaba presente. Fue el culmen negativo a la temporada».

Con los años, el Atlético resurgió de sus cenizas y fue creciendo, a la par que Borja. Se convirtió en referente de la cantera, en su máximo goleador histórico, y en cadetes rompió registros marcando 61 goles en una misma temporada. Con 17 años le hicieron contrato profesional. «Era todo color de rosa, gané la Bota de Oro en el Mundial sub-17 con España, que quedamos terceros en Nigeria, y estaba en dinámica del primer equipo con sólo 17 años».

Pero el cuento de hadas se destrozó un 15 de mayo de 2010, al igual que su ligamento cruzado de la rodilla izquierda. «Ese día debutaba con el primer equipo, contra el Getafe. Y el que tenía que haber sido el día más feliz de mi vida, se convirtió en una pesadilla».

¿Cuántas veces ha pensado qué habría sido de su carrera si no se hubiera lesionado en su debut? «Aunque no quieras, a veces piensas que podrías haber estado ahí durante muchos años... pero a lo mejor no. Tampoco quiero darle muchas vueltas». Pero el ejemplo de alcanzar lo máximo en el Atlético no lo podía tener más cerca, en el futbolista con más partidos en la historia del club. «Koke y yo somos de la misma edad, los dos empezamos juntos con cinco añitos y pasamos por todas las categorías. Lo suyo es totalmente merecido, no hay nadie mejor para haber logrado ese récord. Hemos pasado muchas cosas juntos, muchos buenos recuerdos».

Tras más de seis meses de recuperación, Borja volvió a meter goles en el filial. Y comenzó a encadenar cesión tras cesión. En las dos últimas, se le caían los goles: «En el Zaragoza metí 23 goles, yo tenía 22 años. Y al año siguiente, en Eibar, marqué 18 goles en Primera. Creo que ahí me merecí una oportunidad, pero nunca me la dieron... Y siempre duele, más cuando eres de la casa».

Cada verano, Borja volvía a casa, hacía la pretemporada con el Atlético, pero siempre le tocaba preparar las maletas de nuevo. ¿Cómo era su relación con Simeone en esos periodos de preparación? «Bueno... sin más. Yo era un jugador joven que venía de estar cedido por ahí, tampoco nos tenía muy controlados. No me dieron la oportunidad. Hubo un par de giras y no me llevaban convocado, me dejaban entrenando en Madrid con los internacionales que iban llegando...».

Y teniendo a Fernando Torres como la excepción que confirma la regla, ¿se puede triunfar en un club como el Atlético siendo delantero y canterano? «Es complicado. Desde que yo subí al primer equipo, en la 2009-2010, han tenido a Forlán, Agüero, Falcao, Diego Costa, Griezmann, Mandzukic, Luis Suárez... te hablo de un nivel de delanteros que es top mundial. Cierran mucho el paso por más que pueda salir un chico que destaque».

Hay quien critica que Simeone no apuesta por los canteranos, pero también están los que señalan que la cantera rojiblanca no ha tenido suficiente nivel, ya que ninguno de los 'rechazados' ha triunfado en algún gran equipo. «Salir y labrarte un futuro fuera no es fácil y te lo digo por propia experiencia. Estás acostumbrado a destacar en el Atlético y tienes que salir, eres muy joven, te toca buscarte la vida. Y para seguir creciendo no es lo mismo el ritmo, la calidad que tienen los entrenamientos de un Atlético de Madrid, sin desprestigiar a nadie, que en otros clubes. Se nota».

Y tras sus 18 goles en Ipurúa, se acabaron las cesiones. El Atlético lo traspasa al Swansea por 18 millones, pero la experiencia inglesa no salió bien. Después, años de sinsabores hasta que la temporada pasada ficha por el Oviedo y marca 22 goles en Liga, acabando como Pichichi de la Liga SmartBank igualado con Stuani... En invierno, aparece el Cádiz para llevárselo a Primera, pero Borja dice no. «No era el momento ni mucho menos. Estábamos en Playoff, hice una gran temporada, me encontraba como en casa... Había vuelto a ser feliz después de un tiempo que no disfrutaba tanto del fútbol».

Y ahora llega su Atlético, titubeante, a un Carlos Tartiere lleno. ¿Se les puede meter mano? «Lo lógico es que ellos pasen, pero nosotros tenemos la ilusión de que si estamos a nuestro nivel y hacemos un buen partido les podemos poner las cosas complicadas».

Y si marcara un gol Borja Bastón, ¿lo celebraría? «No, no. El Atlético me ha dado mucho, le estoy muy agradecido por formarme y lo que me ha hecho conseguir en la vida». Y el madrileño cierra la entrevista con un recuerdo que vuelve a demostrar que lleva al club rojiblanco en su corazón: «El día que se inauguró el Metropolitano yo jugué... en el Málaga. Y tuve la primera ocasión, pero me la paró Oblak. Habría sido mi momento de gloria, meter el primer gol del Metropolitano. Pero no lo habría celebrado tampoco».