Baloncesto
Vesely resucita al Barça ante un Madrid perdido en el Palau
Un tremendo partido del checo permite a los azulgranas apaciguar su crisis y endosarle al Madrid su segunda derrota del curso (83-78)
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Iniciar sesiónTras un nefasto fin de año, siete derrotas en diez partidos, al Barcelona le dio por resucitar ante el Real Madrid, el mejor equipo del continente. Los azulgranas se olvidaron de todos sus males, que eran demasiados, y compitieron como nunca esta temporada. Opresivos en ... defensa, generosos en los esfuerzos y liderados por un Vesely espectacular, que firmó su mejor partido con los catalanes, los locales consiguieron lo que solo el Fenerbahçe había conseguido en esta campaña en Europa. Vencer al rey.
Ya no sabe qué tecla tocar Roger Grimau, superado por las circunstancias de la amplia crisis del Barcelona, y ante el Madrid apostó por los centímetros (todos los titulares superaban los dos metros de altura) para disimular las carencias defensivas de su equipo. La fórmula, al menos en los primeros minutos del duelo, sí les dio una nueva cara a los azulgranas, más elásticos, con ganas de molestar y sin miedo de entregarse al cuerpo a cuerpo. Buenas sensaciones minimizadas por Musa, que silenció hasta en cuatro ocasiones la pajarera del Palau desde la línea de tres. Maravilloso el bosnio y muy perezosa la defensa local a la hora de puntearle.
El ritmo era una delicia, muy físicos ambos bandos y, aunque el Madrid mandaba en el marcador, el Barça, por primera vez en mucho tiempo, sacaba los colmillos con ganas. Llull, muy motivado, era el principal edil de los blancos en territorio enemigo, bien acompañado por Poirier que, pese a estar a la sombra de Tavares, como todo el mundo, no para de dar argumentos a Mateo para que le riegue de más minutos. En cambio, los locales eran más corales, bien armados por Laprovittola, cerrados por un gran Kalinic pero con el esfuerzo de casi todos sus compañeros en el resto de parcelas del juego.
Vesely, el hombre al que no consigue sentar Willy Hernangómez, no dejaba de martillear el aro blanco y Jabari Parker se convertía en un esparadrapo infinito, tanto en ataque como en defensa. Cuando la jugada azulgrana amenazaba con el descalabro, el estadounidense siempre se sacaba un as de la manga. De hecho, el Barça estaba jugando todas sus cartas, se desfondaba para complacer a sus aficionados y a sus propios corazones tras un final de 2023 terrible. Incluso Brizuela anotó un espectacular triple sobre la bocina para cerrar el segundo cuarto. Pero, pese a los esfuerzos, al descanso el Madrid mandaba por dos puntos. Derrotar a un rey no se consigue en un solo día.
Los azulgranas eran como un grupo de guerrilleros financiados por la CIA, de alma salvaje pero con un gran arsenal y muchos recursos a su disposición. Aunque era sorprendente, Grimau le estaba ganando la batalla táctica a Mateo, que no conseguía igualar los quintetos altos de su homónimo. Ni siquiera Tavares lograba encontrarse cómodo ante la marabunta de manos y ayudas que le rodeaban cada vez que recibía en el poste. En pleno vendaval, fue el Chacho quien sostuvo al Madrid hasta el final del tercer cuarto, genial el canario con su calma tensa, capaz de pasar de cero a cien en centésimas de segundo. El último acto prometía estar a la altura de un clásico.
Y su acto de presentación fue un fuerte encontronazo entre Rodríguez y Laprovittola. El canario soltó el codo tras una canasta del argentino y este, que en las últimas semanas está borrando su faceta de chico modelo, más pasional y cabreado según caían las derrotas, no dudó en irse a por el base madridista.
El Palau era un hervidero y su equipo correspondía a la confianza con robos, sobresfuerzos y más canastas de Vesely, el mejor del partido. El Madrid, aunque cerca en el marcador, estaba perdido, sin ideas, necesitado de que alguien pusiese orden y clarividencia en ataque. Y mientras buscaba respuestas, los de Grimau firmaron un parcial de 14-0 en un santiamén. Sabían los locales dónde clavar la daga y cuándo hacerlo, esfumados los fantasmas que les habían convertido en un equipo de comedia las últimas semanas de 2023. Se movían con decisión y golpeaban con fuerza. El Madrid, por supuesto, no desfalleció, pero sus esfuerzos llegaron tarde. Atónitos, abandonaron el Palau: habían presenciado una resurrección.
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