El triple acerca a España al Mundial

España era un yermo estéril y Países Bajos una frondosa jungla, exuberante puesta en escena de los neerlandeses, que robaban y corrían como un ladrón de guante blanco. La defensa en zona de los locales cortocircuitaba a los chicos de Scariolo, perdidos y desconcertados ante la virulencia rival, sobrepasados en prácticamente todos los aspectos del juego. El típico inicio en tromba del que es muy difícil reponerse. Mates y más mates en el aro español mientras Kloof dejaba prácticamente por los suelos a López-Arostegui tras un cambio de ritmo estratosférico. A la selección la levantó Rudy, quién si no, a base de triples (hasta tres anotó de forma consecutiva) y España acabó el primer cuarto con pulso y con un resultado inesperado y atractivo.

Ya equilibrada la balanza, España comenzó a tapar agujeros en ataque, aparecía alguna que otra circulación fluida y se lanzaba con confianza desde la línea de tres (ocho anotados antes del descanso), nada de muñecas temblorosas. Pradilla y Fran Guerra revitalizaban el juego en la zona, pero el problema seguía estando en la otra parte de la cancha. Países Bajos lanzaba con mucha facilidad, los visitantes hacían flotar sus jugadores y estos, entonados, no dudaban en agujerear la red española. Sin embargo, otro triple de Brizuela y un dos más uno de Guerra dieron la primera ventaja para el combinado nacional, que incluso llegó al intermedio con una buena diferencia para, al fin, dejar de hiperventilar.

Países Bajos se difuminaba con el paso de los minutos e incluso cometía errores dramáticos, como el de pisar la línea en un saque de fondo, pérdida inmediata de la posesión. Cogía altura España, bien liderada por Lorenzo Brown, con el instinto anotador a flor de piel, inalcanzable el base para los defensores locales. El tiro de tres seguía siendo un arma de lo más fructífera (la selección sumó hasta 12 aciertos al final del tercer cuarto) y Garuba se entonaba con el paso de los minutos, voraz el de Azuqueca a la hora de volar sobre el aro neerlandés.

Plácido último cuarto de la selección, que fue estirando su ventaja en el electrónico como un acordeón. Superado el susto, buen hacer de España, que sumó una importante victoria para dejar encarrilada su clasificación para el Mundial de 2023, que se disputará en Japón, Indonesia y Filipinas, y una nueva muesca antes de su próximo partido, el próximo 1 de septiembre, en Georgia contra Bulgaria, duelo que significará su debut en el Eurobasket.