Schroder, el diamante alemán que no tiene equipo

Es extraño que un talento como el suyo no haya encontrado a estas alturas acomodo, pero la NBA es así. No tendrá problemas el alemán si continúa luciendo como hasta ahora en el torneo. El faro de una Alemania que buscará la final en un escenario que le trae malos recuerdos.

En el Eurobasket de 2015, Schroder tuvo un tiro libre que habría eliminado a España. Él, que cuenta con un acierto por encima del 90 por ciento, falló el lanzamiento y el resto es historia. La selección se colgó el oro y Schroder rumió una derrota que espera vengar hoy.

El ídolo de la afición, su mejor jugador en este torneo, tuvo una infancia complicada. De padre germano y madre gambiana, sufrió problemas raciales en el colegio y para evadirse pasaba horas subido a su monopatín. Deporte al que dedicaba la mayor parte de su tiempo hasta que el baloncesto y una promesa se cruzaron en su camino. La canasta ya era una de sus aficiones, pero no fue hasta la muerte de su padre, siendo Dennis aún un adolescente, cuando se volcó con este deporte.

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Le había prometido que cuidaría de su familia y el baloncesto fue la mejor vía para hacerlo. De hecho, su progenitor había sido el único que le había apoyado de verdad en sus primeros años de jugador y su rabia por llegar a profesional encerraba parte del amor que sentía por él. Tras varias temporadas despuntando en los equipos de su ciudad –donde coincidió con Daniel Theis, otro de los talentos de esta Alemania renovada–, dio el salto a la NBA. Allí, su característico mechón rubio (que se hizo de niño para distinguirse de los demás) se he hecho famoso, pero no ha logrado asentarse en ningún equipo.

Un problema que quiere resolver subiendo por primera vez al podio con su país y firmando un contrato de larga duración en las próximas semanas. Para ello contará con la ayuda, además del mencionado Theis, de Franz Wagner, el jugador de los Magic que coqueteó con el premio de mejor novato de la NBA en 2022.