Baloncesto
Scariolo: «Asumir que somos un equipo con menos talento no debería ser un problema»
Eurobasket 2022
El técnico lanza un mensaje de realidad antes del Eurobasket, al que España llega con un grupo renovado y lejos de las aspiraciones de la última década
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Iniciar sesiónDespués de tres años como asistente en la NBA, alejado del rol de primer entrenador, Sergio Scariolo (Brescia, 1961) buscó el verano pasado un cambio de rumbo en su vida. Abandonó Toronto para recalar en el banquillo de un histórico como la Virtus de ... Bolonia. Un regreso a sus raíces desde donde ha diseñado la renovación obligada de la selección española que afronta el Eurobasket con las dudas lógicas que acarrea cualquier proceso de este tipo.
—¿Cuánto tiempo llevaba Scariolo sin vivir en casa, en Italia?
—Ufff (se lo piensa un rato). Desde 2013, pero no diría que esto haya sido volver a casa, porque mi casa realmente ahora es España. Mi base es Marbella y de ahí me muevo por el mundo. Por eso esta etapa en Bolonia que inicié el año pasado no la veo tanto como volver a casa, y sí como volver a un lugar que es familiar para mí, mi país, donde tengo amigos y familia.
—¿Le hacía falta?
—Un poco sí. Después de tres años tan extraordinarios de aprendizaje en un banquillo de la NBA, necesitaba alejarme de todo eso y volver al rol de primer entrenador. Eso sí lo necesitaba. Lo de volver a Europa, a un país que conozco bien y con un proyecto interesante ha sido una oportunidad más que una necesidad. Me llegó, me sedujo y decidí aceptarla.
—¿Desgasta mucho la NBA?
—Le diría que desgasta mucho más a nivel diario el trabajo de primer entrenador en un club. Si quieres hacerlo bien, ganando títulos y llegando a finales, con un nivel exigente, desgasta mucho más (señala haciendo un repaso a lo que supuso su primera temporada al frente de la Virtus). La verdad es que me he encontrado muy bien de nuevo en el rol de primer entrenador, la temporada ha sido fantástica… Así que no hablaría tanto de desgaste. Es una ocupación, con esfuerzo, porque hablar de desgaste conlleva una valoración negativa que yo no comparto.
—¿Está siendo uno de los veranos más complicados como seleccionador?
—Desde el punto de vista técnico, está siendo el más complicado, sin ninguna duda. No tanto a la hora de que el equipo refleje la forma de ser que siempre hemos tenido, de que trabaje seriamente en el día a día, o de que se conjunte como equipo y que sepa a lo que jugar. Ahí no está siendo difícil, porque se trata de un grupo con gran disponibilidad, con deseo y con hambre. Es un vestuario donde los veteranos hacen bien su trabajo y donde los nuevos, que son muchos, intentan aprender lo antes posible. Por eso, diferencio la complicación de la tarea técnica que supone llegar a ser competitivo en el día a día con el proceso de la construcción. De esto último estoy muy contento.
—Ha dicho usted que esta es la selección con menos talento de España en un gran torneo, ¿radica ahí la dificultad de la que habla?
—Puede ser. Pero me parece ridículo ver un tono negativo en eso. Peor sería si dijéramos que somos el equipo menos conjuntado, con menos deseo de jugar juntos o con menos actitud. Eso sí sería un fracaso. Pero asumir que somos un equipo con menos talento no debería ser un problema. Si no tomamos consciencia de nuestra realidad y tratamos de jugar de una manera inadecuada para nuestras características, ahí sí que iríamos directos al fracaso. Por eso, tenemos que tener claras nuestras armas y ser inteligentes a la hora de jugar, para maximizar nuestras habilidades y minimizar nuestras limitaciones.
—¿Y cómo se le explica a la gente que después de años siendo favoritos toca afrontar el Europeo desde otra perspectiva más humilde y realista?
—Para los que conocen el baloncesto, los que lo siguen de una manera seria, no creo que sea algo que haya que explicar. Es obvio y evidente que somos un equipo distinto al de épocas pasadas, con otras habilidades, que, como le digo, tenemos que saber explotar sobre la cancha.
«Hay que ser humildes y saber cuándo toca ser admirados y cuándo toca trabajar para volver a serlo»
Sergio Scariolo
Seleccionador
—Esta supuesta debilidad, ¿cree que acerca más a los aficionados?
—Debería, porque es muy fácil ser de la selección cuando hay una cantidad de talento que nos pone en el grupo de los aspirantes a la medalla y probablemente es más difícil serlo cuando esto no sucede. Es como lo del carro del ganador. Los que son aficionados de verdad son los que están cuando los objetivos son X que cuando son Y. Si no, no eres un aficionado. Eres un mero espectador que mira, juzga y que no me interesa.
—No habrá tanto talento ahora mismo, pero vienen generaciones ilusionantes…
—Mire, el trabajo que hacen los clubes en su cantera y el nivel de organización piramidal y de crecimiento estructural que se ha hecho en la federación son sobresalientes. ¿Cuál es el problema entonces? Juan Núñez ha debutado en la selección absoluta casi a la misma edad que lo hizo Ricky Rubio, pero la diferencia es que en ese momento Ricky había jugado diez veces más partidos de lo que ha hecho Núñez hasta ahora...
—¿Quiere decir que faltan oportunidades para los jóvenes?
—Sí, claro. No entro a juzgar si es que no se las ha merecido, si no hemos tenido la valentía de dárselas o si las normas y los marcos de competición dificultan estas oportunidades. La realidad es que la presencia de jugadores españoles seleccionables ha bajado progresivamente hasta límites mínimos en el mundo y tampoco hay muchos españoles en el extranjero. Probablemente sea un conjunto de causas las que provocan este fenómeno, pero la realidad es esta.
—Hablaba de Rubio, el líder del equipo en el oro conquistado en el Mundial de China 2019; ¿tiene ya claro quién tiene que ser el jugador que lidere a este equipo en el Europeo?
—No puede haber solo uno, porque hay formas diferentes de liderazgo. El día a día nos dice que hay líderes de ejemplo, como Rudy, cuya presencia en la cancha y fuera de ella es fundamental. Luego hay líderes de cancha, y ahí estoy muy contento con el crecimiento de Lorenzo Brown en los últimos partidos. Ha ido asumiendo este liderazgo, pero siempre en un tono solidario, jugando mucho para el equipo –líder de asistencias– y haciendo mejor a sus compañeros. Le estamos pidiendo un poco más de agresividad en la anotación, porque lo necesitamos. Porque no tenemos muchos anotadores. Ypor último, hay líderes de talento, de calidad, como Juancho y Willy, que están intentando sumar a esa calidad consistencia y concentración. Cosas que se pierden durante la temporada cuando tienes un rol como el suyo, menos importante en sus equipos NBA, y que les cuesta sacarlo de manera natural. Tienen que desempolvarlo a marchas forzadas y es lo que están intentando hacer.
«A Lorenzo Brown lo veo como a cualquier otro jugador sin tener que entrar en el color de su piel o su pasaporte»
Sergio Scariolo
Seleccionador
—¿Y le han inoculado ya a Brown el ADN de España?
—Pues lo ha aprendido a una velocidad increíble, pero, honestamente, no querría entrar en este debate de cuya mesa me he levantado cuando se han sentado a ella la xenofobia, el racismo y la ignorancia de no conocer cuál es el nivel real de los jugadores en el panorama internacional. El oportunismo de algunas personas de hablar y sin embargo no hacer estando en posiciones que sí podían hacer, para evitar que se produjera la situación de la que hemos hablado antes. A esa mesa de debate se han sentado tantas componentes ajenas a una discusión seria que, honestamente, no me quiero sentar en ella más. Incluso el cinismo de quién cree que echar a los leones, a tareas para las que físicamente no están preparados, a algunos jugadores sea algo positivo para ellos cuando no lo es. Tenemos que cuidar de esos jugadores, de qué hacemos con ellos. Le repito que es un debate en el que ha habido una gran predominancia de componentes que van de la ignorancia a la mala fe y no me interesa participar de él. A Lorenzo lo veo como a cualquier otro jugador sin tener que entrar en el tema del color de su piel o su pasaporte. Me interesa que vaya creciendo en esta tarea complicada que le pedimos que es a la vez ser director de juego y asumir cierta responsabilidad anotadora, porque el equipo no va sobrado en ese sentido.
—¿Y Garuba? ¿Qué planes tiene para él en este equipo?
—Usman es un jugador de 20 años que no ha completado su evolución técnica y táctica. Está aún en el camino. Tiene una energía y unas ganas que nos hacen ser optimistas con él, pero viene de una lesión que le ha dejado fuera de las canchas durante mucho tiempo y que le ha hecho perder mucha condición física. Estamos trabajando en ello, pero no sé a qué punto llegará antes del inicio. Él viene para complementar a Willy, pero viendo que su condición física le ha reducido un poco la movilidad, necesitamos encontrarle un rol para el que esté capacitado. No podemos pedirle cosas que no ha hecho durante la temporada ni puede hacer en este momento, así que lo que pedimos es que sea un complemento, diferente, de Willy en el puesto de cinco. Un cinco mucho más defensivo.
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—Ese talento que le falta a España, sobra esta vez en otras selecciones. ¿Qué piensa cuando ve a Doncic, Jokic o Antetokounmpo?
—Tenemos que ser humildes y saber cuándo es el momento de ser admirados y envidiados y cuándo es el momento de trabajar para volver a serlo. Estos son jugadores espectaculares, que da gusto verlos y que tienen un componente que va más allá de ser grandes jugadores NBA. Se trata, en todos los casos, de MVP's de aquella competición que es la mejor del mundo. MVP's de hecho, como Jokic o Antetokounmpo, o de derecho, como Doncic, que si no lo ha sido, lo será. Es una dimensión tan alta que eleva el nivel del campeonato. No tanto el nivel medio, pero sí el nivel de los equipos en los que participan estos jugadores.
—¿Comparte la opinión de que España no es favorita para las medallas por primera vez en mucho tiempo?
—Veo que en el ranking nos ponen entre el séptimo y el octavo puesto y todos hablan de eso. Pero no es más que una previsión. Tenemos claro que tenemos un cruce de octavos brutal, realmente, brutal, sin olvidarnos de la primera fase. El objetivo tiene que ser pasar de esa fase de grupos y ahí nos aguarda un cruce de máxima dificultad, sea cual sea. Esta vez no podemos dar por descontado lo de pasar la primera fase. Tenemos que plantearnos sudar, currar y luchar para pasar a los cruces.
—Ser primero en esta primera fase ayudaría a allanar el camino…
—No lo tengo tan claro. Alemania, si es el cuarto de ese grupo con el que nos cruzamos, jugaría en octavos con el público a favor y no será sencillo tampoco. Más allá de eso, tenemos todos muy claro que la preocupación es la primera fase. Georgia en casa, Turquía, con Larkin y algún jugador NBA más, y Montenegro serán rivales muy difíciles para nosotros. Y Bélgica y Bulgaría serán rivales respetables. Más nos vale salir con las pilas puestas desde el principio. Hay que cambiar un poco el chip respecto al pasado, porque necesitamos estar muy cerca de nuestro máximo potencial en el inicio del campeonato.
—¿Acaba eso con aquellos inicios dubitativos de España?
—No eran dudas ni siestas. Estaba todo planificado. Durante años, la preparación del equipo iba encaminada a estar al más alto nivel cuando llegaban los cruces. Lo hacíamos a propósito, tanto en el apartado físico como en el táctico. Pero ahora no puede ser así.
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