Posible pena de muerte para un jugador de baloncesto por tráfico de drogas en Indonesia

Shaw jugaba en el Tangerang Hawks, club que milita en la Liga profesional de baloncesto de Indonesia (IBL) y que le ha despedido de manera fulminante. Además, la propia Liga asiática le ha prohibido jugar allí de por vida. «No toleramos a nadie involucrado en drogas. No hay espacio para ellos en el mundo del baloncesto», afirmó dijo Budisatrio Djiwono, presidente del organismo que rige el campeonato.

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Shaw fue arrestado el pasado 7 de mayo, después de que la policía entrase en su apartamento, ubicado a las afueras de Yakarta, capital indonesia, y hallase en él 132 caramelos de cannabis, informó Ronald Sipayung, jefe de policía del aeropuerto internacional de Soekarno-Hatta.

La operación policial se llevó a cabo después de que agentes de la aduana del aeropuerto informasen de que Shaw había recibido un paquete sospechoso procedente de Tailandia, país donde el cannabis fue despenalizado en noviembre de 2024. «Según las leyes antidrogas de Indonesia, Shaw se enfrenta a cadena perpetua o pena de muerte si es declarado culpable», dijo Sipayung.

Un video que circulaba en las redes sociales muestra supuestamente a Shaw, con camiseta negra y pantalones cortos, resistiéndose y gritando «¡ayuda, ayuda!» cuando estaba a punto de ser arrestado.

El jefe de policía aseguró que el peso bruto total de los caramelos incautados es 30,6 onzas, casi un kilo: «Todavía estamos ejecutando la investigación para descubrir la red internacional de drogas que hay detrás de este caso y detener su distribución».

Shaw no hizo ninguna declaración cuando fue presentado por las autoridades en una conferencia de prensa en la que apareció esposado, con máscara y vestido con el uniforme naranja de la prisión.

Según el informe de la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen, Indonesia es un importante centro de demanda de drogas a pesar de tener una de las leyes más estrictas del mundo al respecto.

Alrededor de 530 personas están en el corredor de la muerte de aquel país, principalmente por delitos relacionados con las drogas, incluidos 96 extranjeros, según los datos del Ministerio de Inmigración y Correcciones. Las últimas ejecuciones, un ciudadano indonesio y tres extranjeros, se llevaron a cabo en julio de 2016.