Un digno Madrid abandona Atenas magullado

Muy competente fue la defensa del Madrid en los primeros minutos, novedad respecto a su horripilante primer encuentro de la serie que le permitió ahuyentar a los fantasmas de El Pireo. Tavares colocaba tapones sin piedad y Hezonja parecía recuperar la finura en sus legendarias yemas de las manos. El colofón llegó tras un triple de Abalde, acción que puso el 4-10 en el electrónico y congeló a las bélicas gradas atenienses. La flamígera situación era controlada por los blancos con clarividencia, al Olympiacos le costaba sumar y sufría a la hora de resistir las acometidas rivales. Desde la línea de tiros libres sí encontró regularidad, pese a que fue insuficiente, pues el impacto de Ibaka, la energía de Feliz y las canastas de Deck dibujaron un marcador de lo más estimulante en clave visitante (15-25).

La serie de tiro de los helenos era desastrosa. Cierto era que el Madrid tampoco se lo ponía fácil, pero sus tiradores, incluso liberados de marca, casi nunca atravesaban el aro. La potencia interior de Peters y Milutinov pareció dar esperanza a los locales, aunque de nuevo Feliz, conchabado con Garuba, mantuvo para los suyos la ventaja de dobles dígitos. Los chicos de Bartzokas, tras decenas de posesiones pésimas, se pusieron las pilas y firmaron un parcial de 7-0, liderado por Saben Lee, que debilitó el dominio blanco. De hecho, un triple de Fournier firmó el empate a 36 y, unos segundos después, una acrobática canasta de Vezenkov dio la primera ventaja de la noche al Olympiacos. Ahora sí, los griegos habían vuelto (38-38).

Se rehízo el Madrid tras el paso por los vestuarios, más centrado, más hambriento. Sin embargo, los griegos tampoco dudaban y el resultado fue el duelo prometido, dos de los mejores equipos del continente con todas sus armas cargadas y en busca de una victoria mayor. Hezonja estaba fantástico, cinco puntos con su nombre elevaron la ventaja merengue hasta los siete. Fournier no quería que el duelo claudicase y con otros cinco, todos desde la línea de personal, convirtió de nuevo al marcador en un embudo hasta la últimas posesiones, en las que un triple de Vildoza dio ventaja al bando local antes del último acto (57-54).

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Vezenkov y Fournier golpeaban con fuerza y, en el peor momento, al Madrid le entraban dudas en ataque. El tanteo fue de 19-2 tras un gran triple del búlgaro mientras que los merengues estaban bloqueados, tanto que incluso Feliz falló dos tiros libres consecutivos. Solo Hezonja evitaba que la victoria ateniense fuese una realidad, alcanzando el croata unas cotas de heroísmo simplemente maravillosas. A su vera, Campazzo se inventó una gran bandeja y, a falta de dos minutos para el final, la diferencia era de solo tres puntos. Un triple de Peters y una pérdida del argentino, sin embargo, convirtieron la remontada en una quimera.