Ja Morant, una estrella de la NBA engullida por las armas y el sexo

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Pablo Lodeiro Fernández

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El origen de su descenso a los infiernos hay que buscarlo en una de esas fiestas privadas de las grandes estrellas del deporte americano que suelen quedar ocultas al ojo público. No se trató esta vez de una filtración interesada, pues fue el propio Ja Morant el que publicó un vídeo en sus redes sociales en el que aparecía con el torso desnudo y una pistola en sus manos. Aquella imagen, contraria a los valores que pregona la NBA, provocó un gran revuelo que terminó con el jugador apartado y con la apertura de una investigación interna de la liga. Lejos de apaciguarse los ánimos, el paso del tiempo trajo más detalles de la fiesta en la que, además del arma exhibida por el jugador, hubo alcohol, cuatro bailarinas eróticas y miles de dólares que cubrían por completo el suelo de la estancia. Una bacanal en toda regla.

El problema de Morant es que aquella fiesta era solo la punta del iceberg de una vida marcada por las adicciones. El pasado verano, habría amenazado con una pistola a un menor durante la disputa de una pachanga, según publicó el 'Washington Post' y ese no sería el único incidente protagonizado por el jugador, que también se habría visto envuelto en otro episodio de amenazas con la seguridad privada de un centro comercial en el que su madre tuvo un incidente en una tienda. Violencia cotidiana que el propio Morant reconocía hace unos días en un intento por solucionar el problema.

«Soy el único responsable de todo lo que está ocurriendo. Lo siento mucho por mi familia, mis compañeros, los aficionados, los patrocinadores y toda la ciudad de Memphis. Siento haberos dejado caer. Voy a tomarme algún tiempo para pedir ayuda y trabajar en mejorar mis hábitos. Quiero aprender métodos para manejar mejor el estrés y tener una mejor conducta», señalaba el jugador, que, según varias fuentes de la prensa especializada, habría pasado por una clínica de Florida..

Allí habría recibido la ayuda necesaria para reconducir su vida y retomar su carrera lo antes posible. La buena noticia es que la policía del condado de Glendale no presentará cargos contra él y eso allana su regreso.

Los Grizzlies, que tienen casi asegurada su presencia en los playoffs en una de sus campañas más exitosas, confían en poder contar con los 27 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias que promediaba Morant por partido en la lucha por el anillo, aunque no está claro que pueda ser así. La nebulosa que envuelve la vida de Morant impide hacer cualquier pronóstico sobre su futuro. Una carrera engullida por las armas, el alcohol y el sexo que lucha por volver a la normalidad. Regreso que, según las últimas informaciones, podría producirse el próximo lunes ya que la NBA, después de analizar el incidente con la pistola, ha determinado una sanción de ocho partidos.