Baloncesto
La guerra entre Israel y Hamás pone en alerta roja a Valencia
El equipo de la ciudad recibe al Maccabi del Tel Aviv, un duelo de Euroliga de alto riesgo por la ola de atentados. Más de 700 policías serán desplegados
Europa, de nuevo en alerta ante el terrorismo islamista
Los aficionados del Maccabi, durante un partido de liga israelí
Una vez más, la guerra ha alcanzado al mejor baloncesto continental. Si hace dos temporadas la Euroliga se vio resentida por la expulsión de los equipos rusos tras la invasión de Ucrania, este año ha sido el conflicto entre Israel y Gaza el ... que la ha obligado a reinventarse. Y es precisamente Valencia la ciudad que acogerá el primer partido de un equipo israelí tras el inicio de los bombardeos.
El conjunto levantino recibe este miércoles (20.30 horas, Movistar Plus) al Maccabi de Tel Aviv, gran emblema deportivo del país presidido por Benjamín Netanyahu, seis Copas de Europa, el tercero con más títulos tras Real Madrid (11) y CSKA de Moscú (8). Un enfrentamiento que ha puesto en alerta a toda la ciudad por la ola de atentados terroristas que asola Europa.
700 policías
Como informó ayer Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, un importante dispositivo especial, compuesto por más de 700 policías, tanto con uniforme como de incógnito, será desplegado a lo largo del día para echarle el candado al estadio Font de Sant Lluis. Una medida obligada, pues el Maccabi, exiliado en Chipre desde el inicio de la guerra, ha decidido seguir en la Euroliga pese la situación del país que representa, y todos los duelos en los que participe serán declarados de alto riesgo.
Una tesitura para la que la ciudad está preparada. Desde que se conoció que el partido se jugaría en Valencia (en un principio iba a ser en Tel Aviv), Euroliga y Gobierno han trabajado de la mano para que el evento transcurra bajo la máxima seguridad. Solo han pedido «paciencia» para los aficionados que acudan al pabellón ya que, como es lógico, los controles en las puertas serán mucho más exhaustivos que de costumbre.
«Todas las infraestructuras estratégicas estarán reforzadas y vigiladas», ha recalcado la principal autoridad del Gobierno de España en la Comunidad Valenciana, quien también se ha referido a la petición paralela del Maccabi Haifa de no disputar el encuentro de la semana contra el Villarreal de la tercera jornada de la fase de grupos de la UEFA Europa League.
La guerra persigue e Brown
En clave nacional, hay un deportista del que, desde el comienzo de la guerra, ha estado muy pendiente buena parte de la prensa deportiva española. Ese es Lorenzo Brown, 33 años, base del combinado nacional y gran estrella del Maccabi. No es la primera vez que el estadounidense con pasaporte español tiene que lidiar con un conflicto bélico. En febrero del año pasado, el base jugaba en el Unics Kazán ruso, uno de los clubes expulsados por la Euroliga tras la invasión de Ucrania, situación que lo llevó a abandonar el país y a estar sin equipo hasta el verano.
Precisamente, durante el periodo estival, se hizo oficial su nacionalización española, muy criticada por su nula vinculación con nuestro país. Ruido silenciado durante el Eurobasket de agosto, al que la selección dirigida por Scariolo llegó casi sin aspiraciones y en el que, de forma milagrosa, se acabó proclamando campeona.
Y fue Brown uno de los mejores, con actuaciones brillantes en los momentos más calientes del torneo, en los octavos ante Lituania (28 puntos), en la semifinales contra Alemania (28) y en la gran final contra Francia (14 y 11 asistencias). Su maestría lo empujó a fichar con el Maccabi, con quien renovó la temporada pasada hasta 2026. Pero, una vez más, la guerra, alcanzado al talentoso jugador.
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