Fracturas en el cráneo y linchamientos a aficionados: las peores peleas de la NBA

La primera gran pelea de la NBA moderna solo tuvo un único golpe, pero sus consecuencias fueron tan graves que marcaron un antes y un después en el deporte. Jugaban los Houston Rockets y Los Angeles Lakers y Kevin Kunnet y Kermit Washington se enzarzaron. En ese momento intervino el astro de los angelinos, Kareem Abdul-Jabbar, que agarró a Kunnet, una acción que hizo que el capitán de los Rockets, Rudy Tomjanovich, saliese del banquillo para tomar cartas en el asunto. Al ver sus intenciones, Washington, de la nada, le propinó un puñetazo en la cabeza que casi le cuesta la vida. En urgencias le comunicaron que quizás no sobreviviría al ser diagnosticado con una fractura de cráneo, una rotura de mandíbula y una fuga del líquido craneoencefálico. Washington fue suspendido con dos meses sin sueldo y Tomjanovich, aunque no pudo volver a jugar aquel año, sobrevivió sin secuelas y tuvo una próspera carrera.

Una de las primeras y más mediáticas fue la que se produjo durante las finales de Conferencia Este entre los Philadelphia 76ers y los Boston Celtics. Los dos conjuntos se habían disputado el pase a la gran final en los tres años anteriores (también lo harían los siguientes tres) y la tensión alcanzó un límite insospechado en el quinto partido de la serie, cuando los verdes solo necesitaban una victoria más para clasificarse. Larry Bird, estrella de los de Boston, se enzarzó con su homónimo de los Sixers, el gran Julius Erving, y ambos comenzaron a darse unos golpes que acabaron contagiando a varios de ellos. Para colmo, ese duelo solo estaba dirigido por Dick Bavetta pues su compañero en el cuadro arbitral, Jack Madden, se había lesionado. El embrollo acabó con 18 personas multadas, incluidos Bird y Erving, que pagaron 7.500 dólares cada uno.

Ocurrió durante un encuentro de temporada regular entre los Phoenix Suns y los New York Knicks, finalizado con un 121-92 para los de Arizona. Tras numerosos encontronazos, el base local Kevin Johnson y Doc Rivers aprovecharon el descanso para agredirse. El incidente fue a más y Greg Anthony, que estaba lesionado y vestido de calle en el banquillo, se dirigió hacia donde estaba Johnson solo para propinarle un puñetazo en la cara. Hubo seis expulsiones, 12 técnicas y, ante tal esperpento, la propia NBA cambió la normativa sobre las limitaciones de movimiento que un jugador no convocado puede tener en el banquillo. El entrenador de los Knicks, el mítico Pat Riley, acabó con sus pantalones destrozados en la refriega. El técnico de los Suns, Jerry Colangelo, aseguró no haber visto nada semejante en sus 27 años de carrera.

De nuevo los Knicks fueron protagonistas, aunque esta vez ante su público y contra los Denver Nuggets. Después de que el díscolo J.R. Smith recibiese una antideportiva de Mardy Collins, cuando el escolta se disponía a tirar los tiros libres de sanción, fue agarrado del cuello por su agresor y lanzado al suelo, momento en el que Smith se revolvió y prendió la mecha de la pelea. Carmelo Anthony, estrella de los Nuggets y que años después ficharía por los Knicks, golpeó en la cara a Collins. Una desafortunada cadena de situaciones que hizo que David Stern, comisionado de la NBA por aquel entonces, suspendiera a siete jugadores con un total de 47 encuentros. 15 de ellos fueron para Anthony, que en ese momento era el máximo anotador de la competición.

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