baloncesto femenino
El Ferrol, un cuento de hadas contra la historia
El modesto equipo gallego, en segunda hace dos años, debuta hoy en una final continental

El Ferrol, modesto equipo de baloncesto femenino que hace dos años habitaba en segunda división, está a las puertas de la historia. Las gallegas o mosqueteras, como se las conoce coloquialmente en su ciudad natal, han batido todas las previsiones y, por sorpresa, disputarán ... hoy en A Malata (20.00 horas) el partido de ida de la final de la Eurocup, la segunda competición continental más importante tras la Euroliga (la vuelta será el 2 de abril). En la lucha por el título se las verán con el Villeneuve francés, miembro de la monarquía y campeón en 2015. Sin embargo, el conjunto dirigido por Lino López, ferrolano hasta la médula, aún no ha encontrado una misión que no pueda completar.
El grupo se ha ganado a pulso estar en la contienda por el título desde el comienzo de la temporada. De hecho, estuvo a punto de no poder disputar el torneo por problemas financieros, pero la presión social (cuentan con 1.800 abonados, la tercera mejor marca de la liga femenina) y un ingreso de última hora de los patrocinadores de 800.000 euros hicieron realidad su sueño. Jugaron la previa, se clasificaron para la fase final, dejaron por el camino a escudos de renombre como Galatasaray, Brno y Sportiva y completaron la machada en las semifinales, donde se impusieron al Lyon a doble partido (93-62, 74-63).
Nadie ha jugado más encuentros en la Eurocup esta campaña que el Ferrol, una estadística aún más reluciente si se tiene en cuenta que es la primera vez que participa en ella. Además, es el tercer conjunto español que llega tan lejos tras el Valencia y el Gran Canaria, motivos de sobra para que sus vecinos hayan preparado toda una fiesta en A Malata antes del duelo contra el Villeneuve.
La previa no será ni mucho menos contenida y tanto el club como la alcaldía de Ferrol han montado un espectáculo a la altura de sus heroínas. Las fachadas más emblemáticas de la ciudad, gracias a un juego de focos, lucirán desde primera hora de la mañana con los colores del Ferrol, azul y rosa, y tanto los aficionados que se hayan hecho con una de las codiciadas 3.700 entradas como los que no, han sido convocados a las 17.00 horas en las inmediaciones del estadio para iniciar el rito previo a la batalla.
«Creo que si tuviésemos seis mil localidades las hubiésemos llenado (...). Seguramente muchos de nosotros no volveremos a ver una final», aseguró ayer Santi Rey, presidente del equipo, en una entrevista con el Diario de Ferrol. El directivo se ha convertido en el portavoz de la ilusión que ha invadido a una ciudad que, en los últimos años, se ha entregado al fútbol del Racing, pero que ha recordado el amor por la canasta que le inculcó en los años 80 y 90 el ya desaparecido OAR, primer gran equipo de baloncesto de Galicia, antes incluso que el Breogán, el Obradoiro o el Básquet Coruña.
En su día fueron Manolo Aller, Anicet Lavodrama y Nate Davis los que llevaron al trance a los ferrolanos. Hoy, ese papel le corresponde al grupo liderado por Blanca Millán, Natalia Pospisilova y Haley Gorecki, protagonistas de un cuento de hadas que desde hoy se enfrenta a la historia.
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