España crece con Brown

El partido de amistoso tenía poco, o al menos eso desprendía el imponente ASG Arena de Vilna, capital de Lituania, que vio como el himno del país báltico fue entonado por un militar mientras los aficionados locales se enrabietaban como un soldado antes de una batalla. El caldeado ambiente hizo que la selección verde saliese en tromba, un pedrusco cuesta abajo que se llevó por delante a España en los primeros minutos de duelo. 'Nunca dejes solo a un lituano en la esquina', debería de decir el refrán, porque la puntería de los bálticos es ya legendaria y Giedraitis hizo valer la afirmación desde la línea de tres. Los visitantes eran un manojo de nervios con el balón en las manos y solo Brown ponía algo de calma con su instinto anotador.

Tal era el descontrol que incluso Yankuba Sima lanzó un pase tan impreciso hacia la canasta rival que acabó sumando tres puntos para España. Curiosamente, el meteorito del pívot del Venecia hizo que los de Scariolo, quizás por el estruendo, comenzaran a entonarse, aunque sin ninguna exuberancia. La defensa mejoró y con Jaime Fernández y Juan Núñez en la dirección el balón no mostraba tanta tosquedad, consignas que permitieron a España acercarse hasta los ocho puntos de diferencia tras el primer cuarto.

Valanciunas bailaba cerca del aro español de forma muy incisiva y Brown, que en sus primeros partidos de rojo prefirió compartir a lanzar, luchaba por mantener vivo el pulso de España a base de canastas. La diferencia, sin embargo, la marcaba el rebote ofensivo lituano y Giedraitis, muy entonado el alero del Baskonia, demostrando que los bálticos tienen más de un argumento para llegar lejos en el Eurobasket. Brizuela, anotador puro, conseguía resquebrajar la defensa de los locales, pese a que estos siempre conseguían mantener la ventaja en el marcador.

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Necesario que Garuba coja ritmo tras su lesión porque a España se le ilumina la cara cuando ve su velocidad en ambas partes de la pista. Seguía Brown con su batalla particular, si excederse en los lanzamientos y con buenas decisiones en los bloqueos, y seguía Lituania, con Basiulis como lanza, anotando con una facilidad pasmosa para sumar de dos en dos cerca del aro. Juancho Hernangómez incluso falló un mate casi sin oposición para, en la siguiente jugada, hacerse con un rebote y anotar una buena canasta al contraataque. Se movía en tierra de nadie el partido. Lituania tenía la ventaja justa para no tener que sudar de más y España, pese a mostrar más fiabilidad en el ataque, cometía demasiados errores en defensa para iniciar un abordaje definitivo.

Funcionaba Sebas Saiz como pívot de esfuerzos y la selección apuraba para no sumar su tercera derrota en los cuatro partidos de preparación. Grigonis y Brizuela intercambiaron bellas canastas y pese a las sensaciones de tez negativa, España se plantaba en el desenlace con opciones de llevarse el partido. Brizuela, impecable en la ejecución de su abundante talento, y Brown hacían sudar la gota gorda a Lituania en las últimas jugadas. Cinco puntos consecutivos del base estadounidense le dieron el balón del partido a España. Sabonis, sin embargo, cortó en seco sus aspiraciones de triunfo con una gran defensa. España, de menos a más gracias Brown.