NBA
La delicada pelea de Wembanyama por vencer la trombosis
Los expertos discuten sobre el percance del astro francés que tiene temblando desde hace semanas a la NBA
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El pasado 20 de febrero, la NBA entró en pánico. «Victor Wembanyama ha sido diagnosticado con una trombosis venosa profunda en el hombro derecho. Se espera que el jugador francés se pierda el resto de la temporada 2024-25», escribieron en ... un comunicado los San Antonio Spurs. El percance médico no solo destrozaba las predicciones para la actual campaña, metidos de lleno los tejanos en la lucha por introducirse en los 'playoffs', sino que ponía en entredicho el futuro de la liga, que espera ser dominada por el alienígena galo.
Con sus 21 años, 221 centímetros y 102 kilos, nadie había tenido en la historia reciente un impacto tan inmediato como Wembanyama, un jugador con bote de base, tiro de alero y físico de pívot. El astro, que este curso promediaba 24 puntos y 11 rebotes por encuentro, parece haber sido diseñado en un laboratorio para abanderar una nueva generación de oro pero, ahora, debe frenar su imparable progresión por un diagnóstico, como mínimo, preocupante.
El secretismo ha sido total en las últimas semanas y solo se sabe que el cuerpo médico de los Spurs es cada vez más optimista cada día que pasa. Por eso, ABC ha contactado con varios especialistas en medicina deportiva para saber a qué escenarios podría enfrentarse Wembanyama en los próximos meses. Por ejemplo, para Pablo Gallo González, jefe de angiología y cirugía vascular del hospital Ruber International de Madrid, la situación, ni mucho menos, debe tomarse a la ligera. «Le puede afectar bastante a su carrera. No tengo sus pruebas ni nada parecido, pero su caso suele deberse a que un trombo axilar impide que la sangre fluya con normalidad. Esa zona es una encrucijada donde las venas pasan entre los músculos escalenos, la clavícula y la primera costilla, y es un problema que suelen sufrir carniceros, nadadores… gente que utiliza mucho el movimiento neumático. Y, cómo no, un jugador de baloncesto, que ejercita el brazo continuamente al botar y al tirar a canasta», asegura el especialista.
Para el reconocido doctor Gallo, la trombosis del pívot se debe a este uso continuo de la extremidad, conocido como el síndrome Paget-Schroetter, y no a su variante esporádica, que se manifiesta con más regularidad en las rodillas y que suele suponer solo el 10% de los casos totales.
«Ahora tiene que estar anticoagulado durante mínimo tres o seis meses y ver por qué está esa zona comprimida. Incluso tendría que someterse a una operación y quitarse la primera costilla si no mejora el pronóstico. En principio, no habrá problema para que vuelva a jugar. Normalmente le solemos poner una manga elástica en el brazo para que no se le hinche durante los partidos, pero la clave está en el paso del tiempo. Hay gente que se recupera muy bien y otra que no tanto. Son venas muy pequeñas y puede haber una recaída en tres años, por ejemplo», analiza Gallo.
Precedentes
Para Víctor Laínez, una eminencia en el mundo del baloncesto y que ha sido doctor de equipos como la selección española o el Joventut de Badalona, la trombosis de Wembanyama puede deberse también a un golpe recibido durante algún encuentro. Pero hace un apunte de lo más interesante. «El jugador, por sus características físicas, muy alto pero también muy delgado, no el típico jugador con corpachón, podría tener algún síntoma del síndrome de Marfan, un trastorno hereditario que atañe a las fibras que sostienen y sujetan los órganos y otras estructuras del cuerpo y que afecta especialmente a los vasos sanguíneos, como es el caso. Deberían hacerle un estudio genético y ver si ha habido problemas cardíacos en su familia. En el Joventut tuvimos un chaval que prometía mucho, que con 14 años ya pasaba de los dos metros, y tuvo que dejar el baloncesto porque también tenía síntomas de este síndrome y yo no podía garantizar su salud si seguía compitiendo».
Como prosigue Laínez, a Wembanyama ahora le espera la famosa anticoagulación, un tratamiento que no le impediría hacer entrenamientos de manera individual aunque con sumo cuidado. «Si recibiese un golpe en el riñón, podría provocarle un sangrado interno que obligaría a una operación de urgencia».
De cualquier forma, otros casos de trombosis en el baloncesto dan esperanza al francés. El más reciente es el de Brando Ingram, actual jugador de los Toronto Raptors que en 2019 cuando militaba en los New Orleans Pelicans, tuvo que someterse a la ya mencionada cirugía de descompresión tras serle detectado un coágulo en el hombro, impedimento que no ha evitado que haya prolongado su carrera en la élite hasta la actualidad. Sí fueron conducidos a la retirada el dos veces campeón de la NBA Chris Bosh y el mito del Barcelona Pete Mickeal, pero ambos sufrieron la dolencia en los pulmones, un caso mucho más grave y bastante alejado en lo médico a lo que sufre el francés. Aun así, hasta que haya buenas nuevas, un coágulo pone en entredicho el futuro de la NBA.
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