Deck le enseña al Barça quién manda

Faltaba Laprovittola, baja de última hora por lesión, y todo el mundo estaba expectante por ver cómo Grimau reconstruiría el ataque del Barça, clave el argentino en el devenir del equipo azulgrana. Y, aunque parezca sorprendente, la defensa fue la respuesta del catalán. Cerraban filas los visitantes, ayudas por doquier para salir a la contra con la gran zancada de Satoransky, ecuación que les permitió adelantarse en los primeros minutos de partido. El Madrid, mientras, solo encontraba canastas tras las agresivas continuaciones de Tavares.

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Castigaba con dureza Vesely desde la media distancia, letal el checo, como en el último partido de ACB de la temporada pasada, en el que 19 puntos del pívot decantaron el título para el Barcelona frente al Madrid. Como en aquella ocasión, los blancos estaban espesos y muy superados por momentos. Y encima, Willy Hernangómez silenció el WiZink tras un tremendo mate, a dos manos, sobre Poirier. El Barcelona estaba golpeando.

Le estaba haciendo un traje el pívot español al galo, desmelenado y muy metido en el partido tras unos primeros meses como azulgrana con más sombras que luces. Mientras, los madridistas seguían decepcionando, empeñados en anotar desde la línea de tres (fallaron los catorce primeros intentos) y sin capacidad defensiva para frenar a los interiores rivales. De mal en peor porque Tavares sumó su tercera falta cuando aún faltaban cinco minutos para el descanso.

Fue el comando argentino formado por Campazzo y Deck, que se entienden a las mil maravillas, quienes debilitaron la autoridad catalana, que adoptaron el gafe del Madrid en el lanzamiento y sumaron hasta seis minutos sin anotar. Y Deck, al intento número 15, anotó un triple espectacular sobre la bocina. Tras una primera parte nefasta, el Madrid acabó la con una desventaja de solo dos puntos. Cosas que solo se pueden ver si pagas una entrada para asistir al WiZink Center.

El partido era nuevo, el Barça se había caído estrepitosamente, pero ya no cedía ante el empuje del Madrid, que ascendía a toda velocidad hacia la victoria. El intercambio de golpes era precioso y Deck, el más sobresaliente de todos los protagonistas (muy bien también Hezonja en el rebote defensivo, una tortura para el Madrid en la primera parte). Pero, al final del tercer cuarto, los blancos mandaban con autoridad, habían alcanzado su versión más voraz.

Los chicos de Grimau terminaron acercándose en el marcador gracias a la electricidad de Jokubaitis, momento en el que al Madrid le tocó rematar el triunfo desde la línea de tiros libres. Además, los catalanes pueden sacar conclusiones positivas de su primera mitad y de los últimos minutos. Pero, a día de hoy, es el Madrid el que manda. Y Gabi Deck, por supuesto.