Final Four

De la culpa de Mirotic al orgullo de los veteranos madridistas: «Si el balón quema, dásela al Chacho»

Las caras largas de los azulgranas se vieron eclipsadas por la felicidad madridista, que se rindió una vez más al liderazgo del base canario, Llull y Rudy

Crónica: El Real Madrid devuelve al Barça al vacío

Mirotic y Laporvittola, desolados en los últimos momentos del Barcelona-Madrid

Pablo Lodeiro Fernández

Kaunas (Lituania)

En los momentos más oscuros, a uno no le queda más remedio que refugiarse en los seres queridos. Laprovittola, desolado, recibía el cariño de su mujer, Delfina, mientras su hija, la pequeña Bruna, correteaba con alegría sobre el parqué del Zalgiris Arena, feliz ... por la bendita inconsciencia que da la niñez, porque el fracaso del equipo en el que juega su padre era gigantesco, casi innombrable.

El Barcelona, como hace un año en Belgrado, volvió a caer ante un Real Madrid muy superior, que temporada tras temporada se burla de los azulgranas cuando el título europeo está en juego. Pese a que el desastre fue coral, desde el entrenador hasta los descartados, todos los focos se posaron sobre Nikola Mirotic, estrella indiscutible del baloncesto europeo que, sin embargo, firmó uno de los partidos más horripilantes de su carrera (solo tres puntos).

«Es muy difícil sacar conclusiones ahora mismo, pero asumo gran responsabilidad del resultado, no he estado en el partido. No he podido ayudar al equipo y me siento muy mal. Lo siento por los aficionados», resumió el montenegrino ante los micrófonos.

Caras largas en el Barça por un proyecto que agoniza, que contrastaban con las de los jugadores del Real Madrid, extasiados tras volver a su segunda final consecutiva de la Euroliga. «Otra vez hemos demostrado el espíritu de este equipo, de este escudo. Hemos manejado muy bien el tramo final del partido con los veteranos. Ahora estamos en la final, un partido para soñar. El Barcelona ha luchado, pero nosotros hemos luchado más», aseguraba Chus Mateo.

Otro de los hombres más felices de la zona mixta era el Chacho, sensacional su estado de forma, en cuerpo y en cabeza. «Pasar contra el Partizan nos ha dado una confianza increíble. Junto con Llull y Rudy, tenemos mucha experiencia. Hemos ganado mucho y perdido mucho, y sabemos lo bonito que es ganar. Eso es lo que intentamos transmitirle a los demás. Cuando juegas con esta camiseta sabes que vas a tener la oportunidad de hacer algo grande».

«Son muchos años jugando juntos, nos encanta estar en estas situaciones. Cuando el balón quema, sabes que si se lo das al Chacho todo va a ir bien. Nosotros intentamos ayudar junto con Rudy y todos los demás», cerraba la noche Llull en DAZN, una noche que el madridismo tardará en olvidar.

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