Baloncesto

Bombazo mundial: Alemania elimina a Estados Unidos y se medirá a Serbia en la gran final

Mundial 2023

Los teutones rozaron la perfección ante los norteamericanos (111-113), que acabaron desquiciados ante el baloncesto coral de sus rivales

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Franz Wagner, defendido por Mikal Bridges Reuters

No sabemos si existe el partido de baloncesto perfecto, pero desde luego, Alemania, ante Estados Unidos, estuvo muy cerca de firmarlo. Los teutones, liderados por Schroder (17 puntos), Theis (21), Franz Wagner (22) y Obst (23), se impusieron a los americanos ... y pusieron patas arriba el Mundial de baloncesto. Los de Steve Kerr plantaron cara a los europeos y, tras ir perdiendo por 12 en el último cuarto, llegaron a las últimas posesiones con opciones de evitar la debacle. Pero Alemania, magnífica y muy segura, cerró con maestría un duelo que será recordado durante muchos años. Serbia-Alemania, la gran final. 

Serbia dio la sorpresa ante Canadá y Alemania, un auténtico tifón, metió el miedo en el cuerpo ante Estados Unidos desde bien pronto. Lluvia de meteoritos desde la línea de tres de los germanos, finísimos Obst y Franz Wagner en el lanzamiento, muy bien orquestados por el duende Schroder, inalcanzable cuando muestra su sonrisa pícara.

El talento norteamericano maquillaba el ímpetu rival. Reaves, el Kobe Bryant 'paleto', nueva estrella de los Lakers, revivía a los suyos en cada jugada con sus espectaculares malabares, increíble cómo un jugador con aparentemente tan poco físico puede doblegar hasta a la más dura de las defensas.

Dominaba la igualdad y las defensas se imponían, mucho más áspero el segundo cuarto salvo algún que otro fogonazo de Wagner y Reaves que endulzaba el guion. Se calentaba poco a poco Edwards, un microondas con patas, mientras la sangre comenzaba a brotar en Manila. Un par de codazos impactaron en rostros alemanes y la tensión envolvió el duelo de manera definitiva.

Estaba muy bien Estados Unidos en defensa, eje de su éxito porque los puntos se le caen de las manos. Sin embargo, cuando parecía que iba a romper el partido, emergían los alemanes con alguna acción grandiosa, dispuestos a llevar la batalla hasta el fin del mundo. Al descanso, ambos bandos sumaban 119 puntos, un escándalo de marcador para el que, con seguridad, estaba siendo el mejor partido del Mundial.

Theis ejecutaba el partido de su vida. No se amedrentaba el pívot de los Indiana Pacers pese a tener delante a Jaren Jackson Júnior, el recientemente nombrado mejor defensor de la NBA. Perdían muchos balones los americanos, se ahogaban, y Alemania era todo decisión, imparable cuando encaraba la canasta rival. Algo extraño se estaba cocinando en la marmita teutona.

El duelo era precioso, dos superpotencias vaciándose hasta la extenuación, no iba a quedar ni una gota de buen baloncesto en sus cuerpos. La batuta era de Alemania, pero Estados Unidos estaba lejos de rendirse. Sonreía Schroder, un triple del base mantuvo la ventaja de los suyos. Le siguió Bonga, también de tres, y Thiemann, tras un espectacular rebote en ataque, aumentó la ventaja alemana hasta los nueve puntos.

Obst seguía a lo suyo, letal desde la larga distancia, y los chicos de Steve Kerr se conjuraban en un corro, perdidos ante las embestidas alemanas. Recibieron un puñetazo en forma de triple estratosférico, obra de Moritz Wagner y, cuando comenzó el último cuarto, ya perdían por diez.

Brunson se desfondaba para sacar del agujero a los americanos, muy bien el base de los Knicks en pleno naufragio. Pero un hombre no puede ganar una batalla salvo que se llame Luka Doncic. El panorama para Estados Unidos comenzaba a ser peliagudo, pues no conseguía recortarle lo suficiente a Alemania para meterse de nuevo en el duelo.

Tensión final

Se atascó Alemania en el peor momento, cuando había que rematar la faena. Edwards, con dos tiros libres y una genialidad de triple, puso a los americanos a solo tres puntos, a falta de tres minutos. Schroder apareció al rescate, dos puntos para el base, pero Reaves le respondió con contundencia con una suspensión.

Agonizaba la lucha, el resultado era inminente. Obst sumó tres, por los suelos Haliburton, y Bonga taponó las aspiraciones americanas. Schroder firmó una bella y complicada bandeja. Perdió el balón EE.UU. y se acabó su recorrido en el Mundial. Decepción contrastada por la euforia alemana que tras un partido casi perfecto, se clasificó para la final, donde espera Serbia.

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