Euroliga
Barcelona - Real Madrid: el favorito contra un muerto viviente
Los azulgranas llegan a la Final Four en espiral ascendente, mientras que los blancos aterrizan en Kaunas crecidos tras su épica remontada contra el Partizan
Lesiones, veteranía e ilusión: así llega el Real Madrid a la Final Four
Kaunas (Lituania)
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Iniciar sesiónKaunas vive ajena a su realidad. Parece no importarle estar encajada entre Rusia y Bielorrusia, villanas del siglo XXI, ni que a lo largo de hoy vaya a ser colonizada por cerca de 5.000 aficionados del Olympiacos, la hinchada más ruidosa e incontrolable ... del continente. Sus ciudadanos escuchan con entusiasmo el acento extranjero, pasean con una relajación envidiable y siempre tienen un momento para hablar de baloncesto (incluso las lámparas de los hoteles tienen forma de canasta y las bombillas, de balón).
Un apacible ambiente que desaparecerá cuando hoy dé comienzo la Final Four de la Euroliga que, como todos los años, ha preparado un ambicioso y frenético menú, que no deja tiempo para la degustación, solo para la adrenalina y el corazón. «Lucha por la gloria», resume la organización en sus eslóganes, repartidos en cada esquina.
Como hace un año, cuando fueron los blancos quienes se impusieron en las semifinales, es el Barcelona-Real Madrid el que acapara todas las miradas (incluso los organizadores tienen que pedir que se dejen de hacer preguntas en español para que el resto de nacionalidades puedan seguir la narrativa).
Son los azulgranas los grandes favoritos, un grupo que ha ido de menos a más a lo largo de la temporada y que llega descansado, con la enfermería vacía y con la ambición descontrolada tras haber articulado una plantilla sin parangón en Europa y llevar 13 años sin levantar la Euroliga. «Llevamos tres años seguidos viniendo a la Final Four. Queremos estar en la final», aseguró ayer el técnico azulgrana Saras Jasikevicius, amo y señor en su Kaunas natal. «Llevo diez Final Fours como jugador y entrenador. Esta es la más fácil para mí: mi familia está aquí, el Zalgiris Arena es mi casa... esto ayuda a la hora de afrontar una semifinal», reconoció el lituano.
El temible Real Madrid
Sensaciones opuestas al Madrid, que parece un fantasma, un alma en pena, un demonio de la noche que ha llegado a Lituania desde la tumba para atormentar a los mortales. Alucinan los presentes con los blancos y su gesta tras remontar el primer 2-0 en contra de la historia de la competición ante el Partizan de Belgrado. Aún perdura la sorpresa de que los blancos sean uno de los cuatro candidatos al título y el ADN Real Madrid se haya convertido en un objeto de culto, de estudio, del que todos quieren aprender.
«Hemos sufrido mucho a lo largo de la temporada, pero eso nos ha hecho más fuertes como grupo y nos ha traído hasta aquí. Ahora la estadística ya no importa, hemos venido a competir», reconocía Chus Mateo en la presentación oficial de la Final Four, que no podrá contar ni con Deck (lesión) ni con Yabusele (sanción) para el decisivo partido. Un clásico en el abismo, crudo y a cara de perro. Pero, eso sí, con la gloria como recompensa.
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