Pau Gasol ya tiene su anillo

“El equipo confiaba en mí para frenar el peligro de Orlando en el poste y con mucho esfuerzo lo hemos conseguido. Es un día maravilloso. Estoy orgulloso de mis compañeros”, aseguró Gasol, el primer español en convertirse en campeón de la liga profesional estadounidense, justo al terminar el partido a los micrófonos de la cadena de televisión ESPN.

Con el pívot de San Boi en pista, «Superman» Howard sólo consiguió anotar tres puntos, para terminar el último partido de la final con sólo once tantos y nueve rebotes, su cifra más baja en toda la final y una de sus actuaciones anotadoras más pobres de toda la temporada. La desesperación del líder de los de Florida fue tal que terminó el partido impotente y con cinco faltas personales en su casillero, cuatro de ellas sobre Gasol.

Pero no todo fue coser y cantar. Los Magic, heridos tras perder el cuarto encuentro de manera infantil, salieron al Amway Arena con el cuchillo entre los dientes. Courtney Lee, Rashad Lewis y Hedo Turkoglou se encargaron de decir a los Lakers en el primer cuarto que si querían ganar, iban a tener que sudar. Un parcial de 15 a 6 en los primeros cinco minutos obligó a pedir un tiempo muerto a Phil Jackson, entrenador de los Lakers, para poner orden entre los suyos. Y surtió efecto. Los primeros 12 minutos fueron un intercambio constante de golpes. Se jugó a un ritmo altísimo, que convenía a los Magic, y acabó con un tanteo de 28 a 26 para los de Orlando.

“Si jugamos con intensidad, ganaremos el partido”, arengó Van Gundy a sus jugadores justo antes de iniciarse el segundo cuarto. Todo parecía discurrir según el guión establecido por el entrenador de Orlando, pero la irrupción de un secundario de lujo, Trevor Ariza, cambió el curso del partido. Una canasta del número 3 de los Lakers sirvió para que el equipo de Los Ángeles se pusiera por delante en el marcador, después de ir durante casi 20 minutos por detrás en el marcador. Un parcial de 2 a 16, con Ariza como protagonista, a base de triples y robos, permitió al equipo angelino llegar al descanso con una cómoda ventaja de 10 puntos.

Orlando terminó por bajar los brazos en el tercer cuarto. Cada intento de remontada de los Magic fue contestado por Kobe Bryant y Lamar Odom con canastas increíbles que volvieron a poner los pies en el suelo a los pupilos de Van Gundy. Con 30 puntos, Bryant se convirtió en el máximo anotador del partido y en el MVP de la final.

Con el partido visto para sentencia, el último cuarto sobró. Los Lakers se gustaron, mientras que los jugadores de Orlando tiraban de pundonor para que la derrota no fuera aún más dolorosa y abultada. Cuando aún faltaban 40 segundos, los jugadores de los Lakers se abrazaban a su entrenador en el banquillo, mientras que al otro lado de la pista los de Orlando miraban con impotencia como Kobe, Gasol y compañía celebraban el campeonato número 15 de la franquicia angelina.