Doncic destroza a España

Luka Doncic se marchó de España hace dos meses con cara de niño tras una temporada cargada de altibajos en el Real Madrid y apareció ayer en la cancha hecho un hombre. La concentración eslovena le ha hecho madurar de manera palpable. Tiene el mismo arrojo de siempre, pero comete muchos menos errores y es más efectivo para su equipo. Que fuera el jugador más utilizado por Kokoskov hasta ayer era la mejor prueba de su importancia en los esquemas de Eslovenia, que llegaba a la cita contra España sin haber perdido ningún partido. Esa racha triunfal ha cargado de confianza las muñecas balcánicas , que se presentaron en sociedad ante la selección con tres triples consecutivos. Pim, pam, pum. Le llovían los puntos a la selección, que no encontraba la forma de frenar el acierto exterior de su rival. La superioridad física de Doncic en la dirección acababa siempre con algún compañero liberado y la puntería en esos minutos iniciales comenzó a ser preocupante para España (15-22, min. 9).

La entrada de Sergio Rodríguez igualó la dinámica ofensiva . Hasta entonces, la selección anotaba a cuenta gotas, pero con el canario en pista esa tendencia se fue invirtiendo. Aún así, el lastre en el perímetro impedía equilibrar el marcador. No fue hasta el segundo período cuando llegó la primera diana nacional desde más allá del 6,75. Un alivio celebrado como el gol de la final del Mundial por el banquillo de Scariolo. El italiano sabía que si quería cortar la hemorragia tenía que taponar bien el origen de la herida, así que colocó a Sastre, su mejor defensor en el torneo, sobre el base esloveno. El balear mitigó los daños y la superioridad nacional en el rebote contribuyó para ir acortando la distancia, que llegó a ser de nueve puntos (38-47) poco antes del descanso. El talento de Doncic, que apenas se tomó un respiro en los dos primeros períodos, hizo crecer a sus compañeros. Con Dragic y Randolph bien defendidos , fueron los secundarios de Eslovenia los que hacían daño a España. Prepelic (10 puntos al descanso)y Vidmar, dos jugadores de reparto en cualquier equipo de Europa, desesperaban por momentos a la selección .

El paso por los vestuarios no alivió los problemas de España con el aro. Seguía espeso el ataque nacional , mientras Doncic mantenía su recital en el otro lado de la cancha. En cada bloqueo sacaba ventaja el madridista, que anotaba o asistía con una facilidad pasmosa. La mejor defensa del campeonato hacía aguas , superada por el genio de un adolescente enrabietado e incontenible que terminó el choque rozando el triple doble, con 11 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias.

El peor síntoma a esas alturas eran los rostros desencajados de los españoles en la cancha. Protestas al árbitro, faltas en ataque , lanzamientos sencillos que terminaban en el aro... La precipitación se adueñó de la selección, incapaz de encontrar un resquicio en el entramado defensivo de Kokoskov. Al igual que habían hecho Turquía y Alemania, el técnico de Eslovenia pobló la zona, con la diferencia de que esta vez España no encontró un salvavidas en el perímetro como en días anteriores. Un triple de Randolph , que se unió a la fiesta con viento a favor, encendía de manera definitiva las alarmas en el banquillo nacional (50-63, min. 25). Buscaba una reacción Scariolo, pero esta vez no la encontró. No apareció el genio de Marc Gasol, que lo intentó hasta la extenuidad, tampoco la genialidad de su hermano Pau ni la imaginación del «Chacho» . No era el día de Ricky, ni de los Hernangómez. Una noche gris en lo colectivo, que se volvió negra con la entrada de Dragic en escena.

AAgazapado hasta entonces, el base de los Heat apareció para sellar definitivamente el pase esloveno a su primera final de un gran torneo. Amarrar una medalla, que era su objetivo al llegar a Estambul, aunque ahora ya no se conformen con otra que no sea la de oro. Para España, que terminó completamente destrozada, es hora de restañar las heridas y pensar en el domingo. Un partido que no es uno más, porque además del bronce que habrá en juego, será el adiós de Navarro .