El «efecto Ricky» se desvanece en Orlando

Aún así, el español sigue mostrando su progresión en la pista. Anoche, frente a los Magic, Ricky volvió a salir desde el banquillo para hacer lo que mejor sabe, que es hacer jugar a sus compañeros. Adelman le dio vía libre al final del primer cuarto, con los Timberwolves mandando en el marcador. Fue la ocasión para ver por primera vez a Rubio y Love, su mejor socio, en la pista . Un matrimonio que funcionó a la perfección la temporada pasada y que debe ser la clave para que la franquicia de Minneapolis pueda estar en los playoffs en el mes de mayo.

A Ricky se le atragantó el parquet del Amway Arena, donde evidenció su falta de ritmo y de físico respecto a sus rivales. Le costó encarar el aro, como ya le había ocurrido en su estreno, pero esta vez, además, tuvo problemas para encontrar a sus compañeros, que se contagiaron de su atasco para perder la ventaja que habían amasado durante los dos primeros cuartos (49-61).

Liderados por un gran Glen Davis (12 puntos en el tercer periodo) , los Magic le dieron la vuelta al partido aprovechando la ausencia del mismo de Kevin Love. Entre medias de los dos, se coló J. J. Redick, el francotirador de Orlando, que propició la primera ventaja seria de su equipo, poco después de comenzar el último cuarto (83-80).

Ahí fue cuando Adelman dijo basta y mandó a Ricky al banquillo (0 puntos en tres lanzamientos , 4 asistencias y 3 pérdidas) . Como si se tratara de una cenicienta moderna, al llegar a los 17 minutos de juego, el base dejó la pista. Prohibido forzar más allá. Lo serio, esta vez, quedó lejos de sus manos y así, los Timberwolves son menos. La derrota, la primera desde que regresó el catalán, deja a Minnesota aún dentro de playoffs, pero con la necesidad de mejorar mucho en el futuro si quieren mantener esa posición.