Los nervios derriban a España en el estreno del Eurobasket

Las curvas de los últimos días le pasaron factura a España en el estreno del Eurobasket. Se notaron más nervios de los habituales en un inicio de campeonato y eso obligó a Mondelo a mover el banquillo en busca de soluciones. Se le veía incómodo al técnico, aún buscando la mejor fórmula para darle forma a este equipo. No ha podido hacerlo durante la preparación, en la que no pudo contar con Ndour hasta los últimos encuentros y que se vio truncada por los positivos de Torrens y Abalde . Por eso, el estreno ante Bielorrusia fue un banco de pruebas improvisado tras el fracaso del plan inicial.

Se estrelló España contra el físico de las bielorrusas. Incapaz de hacer frente a la defensa y sin puntería lejos del aro. Sufría mucho la selección para anotar, con solo tres aciertos en los primeros dieciséis intentos. Un porcentaje indigno para la campeona, que acabó el primer cuarto envuelta en dudas (14-9).

La entrada de Carrera y Conde revitalizó al equipo. Juntas fabricaron un parcial de 6-0 que le dio a España su primera ventaja en el marcador (14-15, min. 13). Alegría que elevó el nivel defensivo la selección y que comenzó a equilibrar el duelo, aunque aún eran las del este las que dominaban el ritmo del choque acunadas por los brazos de Bentley (13 puntos).

En ausencia de Torrens , España boqueaba en busca de puntos. Un torrente ofensivo que casi siempre recae en la espalda de la balear y que esta vez asumió Ndour . La pívot, que llegó más tarde a la concentración tras haber disputado la temporada de la WNBA, asumió la responsabilidad con diez puntos consecutivos que le dieron a España su máxima ventaja (25-29, min. 22). Un derroche puntual, pues se vio a la senegalesa aún lejos de su mejor nivel.

Eran los mejores momentos de la selección, segura en defensa y acertada con la canasta, aunque sin argumentos para frenar a Papova. La pívot seguía martilleando el aro nacional (19 puntos y 13 rebotes) sin que Mondelo pudiera hacer nada para evitarlo . Un coloso interior al que solo Laura Gil pudo hacer frente.

Entre ella y Ouviña –excepcional con nueve puntos en los últimos minutos– llevaron el duelo a un desenlace agónico. Los dos tiros libres de la aragonesa igualaban el choque a falta de ocho segundos (51-51). Una última posesión que todos esperaban que cayera en los brazos de Papova , pero que Bielorrusia se jugó con Bentley . La base americana subió el balón, rompió a su defensora y se plantó en la línea de tiros libres sola. Una suspensión sencilla que no falló y que desató la euforia en su banquillo. Alegría inesperada ante la campeona. Desolación en la grada que obliga ahora a España a levantarse para mantener sus opciones.