La huelga fracasa en el Palau

«Partidos hay muchos, pero esta jornada es única para expresar la opinión y las ansias de libertad», justificaba Toni Valle, presidente de los Dracs 1991, uno de los grupos de animación de referencia del Palau Blaugrana, ante la decisión de no acudir a duelo entre el Barcelona y el Alba de Berlín. Un argumento compartido por el resto de asociaciones que alientan asiduamente al equipo de baloncesto y que certifica el perfil independentista del socio abonado al Palau Blaugrana. Los Dracs 1991, junto con las peñas Sang Culé, PBB Meritxell y El Racó, decidieron adherirse a la huelga general en Cataluña que se celebró ayer. «En un momento tan importante como éste, estaremos de lado del pueblo y secundaremos la huelga porque las gradas no viven aisladas de lo que pasa en la calle. Desde aquí, os animamos a que hagáis lo mismo y dejéis sillas vacías. ¡Que por eso somos “Més que un club”!», avisaron estas asociaciones en un comunicado conjunto.

Se lo temía Pesic, que instó al Barça a que solicitara adelantar el partido. Basó su argumento el club catalán en la seguridad de sus aficionados ante los altercados que se preveían y que dificultarían la movilidad, además de evitar que el partido se convirtiera en un escaparate para las protestas de muchos aficionados o en un escenario de posibles conflictos. No obstante, la Euroliga desestimó la petición culé. Y los hechos le dieron toda la razón.

Pero al final, los prolegómenos se desarrollaron sin ningún tipo de contratiempo y sin ninguna escaramuza en los aledaños del Palau. Una tranquilidad que se trasladó al interior del pabellón azulgrana, que presentó una entrada muy digna teniendo en cuenta el estado de alerta general que se vivía en las calles de a ciudad.

La ausencia de las peñas de animación encargadas de caldear el ambiente y de marcado perfil secesionista, dejaron sin mensaje político a un partido en el que estaban pendientes en toda Europa. Noticia fue que el habitual grito pidiendo la independencia ni siquiera resonó en el pabellón culé. Ello no impidió que las gradas llevaran en volandas al equipo al triunfo.

En el aspecto meramente deportivo, los triples iniciales de los alemanes sirvieron para ponerles por delante en el primer cuarto (19-25). Higgins y Mirotic le cambiaron la cara al choque y llegar al descanso por delante en el marcador (46-44).

Con el Alba diluido, los culés olieron la sangre para ahondar en la brecha (72-61 en el tercer cuarto). Al final, tercera victoria (103-84) y liderato junto al CSKA.