Baloncesto
Alfonso Reyes: «No nos merecemos que los que mandan nos mientan»
El presidente del sindicato de jugadores, que pasó el coronavirus en marzo, reflexiona para ABC sobre su experiencia con la enfermedad, su gestuón y cómo está afectando al mundo del baloncesto

Alfonso Reyes fue uno de los primeros rostros conocidos en dar positivo por coronavirus. Se contagió en marzo, cuando la lucha contra la enfermedad era tan incierta que pocos sabían cómo actuar. Han pasado seis meses, pero su voz se agita cuando se ... le pregunta por aquello. «La peor experiencia de mi vida» , reconoce el presidente del sindicato de jugadores de baloncesto ( ABP ), que en los últimos días ha visto cómo varios de sus asociados contraían la enfermedad por culpa de unos protocolos laxos que están convirtiendo la canasta continental en una lotería.
¿Cómo se encuentra después de tanto tiempo?
Por fortuna, puedo decir que estoy más o menos como antes de caer enfermo. He recuperado mi peso después de todas estas semanas y me encuentro bien.
¿Qué recuerdo tiene de aquellos días?
Pues un recuerdo muy vivo. No se me olvidará nunca. Físicamente, fueron los peores días de mi vida. Los nueve que pasaron desde que empecé a sentirme mal hasta que ingresé en el hospital fueron muy duros. Una vez que estuve en manos de los médicos, esa confianza, me dio más tranquilidad.
¿Lo peor fue la incertidumbre mientras estaba en casa?
Sí, porque era un malestar continuo. Tos, fiebre, dolores… apenas dormía. No mejoraba y eso era lo que peor llevaba. Porque todos estamos acostumbrados a pasar una gripe o una gastroenteritis de la que según pasan los días vas estando mejor, pero en este caso era al revés. Eso fue lo que me hizo acudir al hospital, porque estar tanto tiempo con fiebre no es bueno. Además, el oxígeno empezaba a estar más justo, yo lo notaba, y por eso me fui a urgencias. Me detectaron neumonía bilateral. Si me hubiera quedado en casa quizá no estaríamos ahora hablando.
Se siente identificado con jugadores como Mirotic, que estos días contaban en redes sociales que lo estaban pasando muy mal con la enfermedad…
Por supuesto. Yo solo espero que no lo pase tan mal como yo. Por desgracia, nadie está libre de atravesar por esta situación. Es cierto que los jugadores son gente joven y no están teniendo síntomas tan graves, pero no podemos bajar la guardia. Ni los deportistas ni la población en general.
¿Tiene algún tipo de secuelas?
No especialmente, y doy gracias. Me hicieron unos análisis para ver si el funcionamiento del corazón y los pulmones era correcto y parece que todo salió bien. En ese aspecto puedo estar contento. Además, no tengo un cansancio especial y por suerte no estoy viviendo esas secuelas de las que muchos hablan. En cualquier caso, salen tantas cosas que no sabes si hacerle caso a todas. Todo lo que te cuentan, a veces, lo cojo con pinzas. Al principio nos decían que las mascarillas no eran necesarias y ahora es el principal medio de lucha contra el contagio. Si hubiéramos llevado mascarilla desde el principio esto no habría ido de la forma que ha ido. Tenemos que seguir guardando mucho respeto a la enfermedad, utilizando mascarilla, guardando la medida de seguridad y con higiene de manos.
¿Cree que se podrían haber hecho las cosas mucho mejor?
Desde luego. Y, sobre todo, lo que no me gusta es que me mientan. Y nos han mentido. Los ciudadanos somos maduros y no merecemos que los que mandan nos mientan. Eso no se puede permitir. Si no hay mascarillas, pues ya llegarán, pero no se puede decir que no son necesarias solo porque no haya suficientes para distribuirlas entre las personas. Eso, entre otras muchas cosas. Porque nos siguen hablando de un comité de expertos que nunca existió. No entiendo por qué siguen con esa falacia…
¿Cree que no reaccionó como debía el Gobierno?
Aquí hemos sido los peores en la primera ola y también somos los peores en la segunda. Hacerlo tan mal no puede ser una casualidad. Debe ser complicado gestionar una pandemia así, por supuesto, pero lo que tienes que hacer es poner especialistas y expertos en la materia a tomar decisiones, porque es una crisis que no se vivía en España desde la Guerra Civil.
¿Hay más interés político que social a la hora de gestionar la crisis?
Claro. Lo estamos viendo ahora con Madrid, que van cambiando los criterios cada día. No entro a valorar cuál es el correcto, pero sí que tendría que ser un comité de expertos real el que determine estos factores de confinamiento. Por desgracia, ha habido miles de muertes -por cierto, tampoco sabemos exactamente cuántas- y solo por eso debería haber cierto entendimiento entre los dirigentes.
Hablaba de no perder el respeto a la enfermedad, ¿hay sectores de la sociedad que sí lo han perdido?
Claro. Ha pasado y está pasando. Si no te toca de cerca, no eres consciente. Es un sistema de defensa de los seres humanos. Tendemos a pensar que todo va a ir bien. Somos optimistas por naturaleza, pero ahora lo que hay que hacer es ser cautos y confiar en la sanidad. Y ojo, que me refiero a ella sin apellido. Porque creo que tanto la sanidad pública como privada son importantes. Que todos son médicos y salvan vidas. No me gusta ponerles etiquetas y son útiles las dos.
En el plano deportivo, ¿cree que se están haciendo bien las cosas con los jugadores?
La burbuja de Valencia fue un éxito, porque tanto la ACB, como los jugadores y la asociación de médicos trabajamos en contacto continuo. Claro que había miedo a un contagio, pero se siguió un protocolo estricto, respaldado por médicos, y las cosas salieron bien. Ahora, en ACB el protocolo que se está aplicando es de lo mejor, pero luego tenemos a la Euroliga con unos criterios bastante más laxos y un calendario que, para ellos, es como si no existiera el Covid-19. Sabíamos que iba a ser complicado, porque cada país es un mundo, pero de ahí a las cosas que estamos viendo… Quizá se tendría que haber previsto mejor, reduciendo el calendario y adaptándolo a las circunstancias.
Dice Abrines que se está pensando más en la competición que en la salud de los jugadores…
No es la primera vez que pasa esto con la Euroliga, donde los jugadores suelen ser la parte que menos peso tiene a la hora de tomar decisiones. Tengo claro que en España, para los clubes, su principal activo son los jugadores, porque sin ellos no hay espectáculo. Por eso se intenta cuidarlos y estamos vigilantes sobre cómo están siendo los controles. Nos jugamos mucho, el futuro del baloncesto está en juego, y eso lo saben los jugadores, pero lo primero es la salud.
Hay alguna autocrítica, para que los jugadores extremen las precauciones…
Sí, claro que les pedimos responsabilidad. Son adultos y saben lo que se juegan. Contraer la enfermedad no solo depende de uno mismo, porque hay factores con los que no se cuentan. Si alguno comete alguna infracción flagrante habrá que tomar alguna medida, pero de momento estamos llevándolo bien. Hay que minimizar el riesgo lo máximo posible. Controlar a 19 equipos con el mismo protocolo es más fácil que hacerlo con 50 de distintas nacionalidades.
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