Emiliano y Buscató, la amistad que forjó el éxito de la selección española

Figuras en el Real Madrid campeón de la década de los 60 y del Juventud, su rivalidad enconada durante la temporada se transformaba en apoyo mutuo al servicio del «equipo nacional» -como a ellos les gusta llamarlo- cada verano. «Dimos los primeros pasos para que el baloncesto español tenga hoy esta dimensión» , afirma Buscató a ABC en presencia de su amigo Emiliano. La cordialidad reina en una conversación en la que no faltan las anécdotas y los recuerdos del pasado. Alegres y amargos, porque hubo sonrisas en esos años, pero también sonadas decepciones.

Entre los dos suman 397 partidos con el escudo de España en una época en la que «al baloncesto se jugaba sobre tierra, pero con el mismo objetivo que hoy, que era acertar con la canasta y ganar el partido» . Las palabras de Emiliano ponen de relieve el gran cambio que sufrió la selección en esos años, en los que se dio un paso adelante definitivo para empezar a luchar por las medallas. «Con la URSS y los equipos del Este era complicado competir, pero poco a poco conseguimos estar más cerca de su nivel», señala el exmadridista, que se retiró después de quince años como internacional, tras ser elegido MVP del Eurobasket 63.

Aquellos cursos se sentó la base del éxito. El gen ganador que ha llevado a la selección a dominar el baloncesto europeo en la última década y media y que a partir de este fin de semana tratará de perpetuar con una nueva alegría en el Europeo que disputará en Alemania y Francia. Ser favoritos no es ya una quimera, sino una obligación. «Si no gana, España estará en el podio. Es su sitio natural. Veo al equipo con opciones, pero sin confianzas. El camino no será fácil, porque hay grandes rivales» , coinciden los dos, al pronosticar el devenir de la selección en el Eurobasket 2015.

Se ríen cuando escuchan que hay división en España y que hay un sector que no vive los éxitos de la selección como propios. «En el deporte, España es un modelo para muchos países y creo que hay poca gente que no vibre cuando juega la selección », apunta el catalán, mientras Emiliano puntualiza que para él «aquellos pitos fueron un accidente sin importancia». «Tenemos que estar orgullosos de lo que hemos construido alrededor de una canasta», sentencian ambos, felices por formar parte del éxito.