20 años de sequía del Real Madrid en la Copa de Europa, su competición fetiche

Desde aquella Final Four de París hasta la de Barcelona en 2011 pasaron 16 años de sinsabores. De travesía en el desierto. De proyectos fracasados y contador a cero. Temporadas en las que los blancos nunca terminaban por volver a estar entre los más grandes del continente, alejados de los focos del mejor torneo continental.

La llegada de Messina al banquillo ayudó a retomar el rumbo. Aunque el italiano se marchó antes de tiempo, parte de su obra se plasmó en el equipo que jugó la Final Four en el Palau Sant Jordi en 2011. Un conjunto muy joven, pero plagado de talento, que salió trasquilado por el Maccabi en semifinales. Aún así, el germen de este Real Madrid aspirante al título estaba en aquellos jugadores que dirigió con poco acierto Emanuele Molin.

Un año después, ya con Laso al frente, el Bilbao Basket apeaba a los blancos en el Top 16. Mazazo importante para el proyecto de Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros, que no perdieron la fe. Al contrario. En 2012, con la llegada definitiva de Rudy Fernández, el paso adelante fue más grande y el Real Madrid rozó el título en Londres.

Llegó a tocarlo con la yema de los dedos, pero lo perdió frente al Olympiacos y ante un Spanoulis magistral, capaz de remontar una desventaja de casi veinte puntos ante los blancos. Tocaba volver a levantarse y lo hizo con otra presencia más en la Final Four el año pasado. La tercera en cuatro años. El guión, similar al de Londres, tuvo el mismo desenlace. Esta vez, el Maccabi fue el verdugo blanco en la prórroga . Final cruel para un equipo que volverá a intentarlo en su casa este fin de semana.