Mirotic, con aroma a Pau Gasol

El rostro imberbe de Pau hace trece años contrasta con la poblada barba del montenegrino, pero sus talentos naturales sí parecen comparables. Quizá la irrupción de Pau fue más fulgurante. Apenas unos meses de brillo en el Barcelona antes de comenzar la aventura más importante de su carrera deportiva, que desembocó en dos anillos de la NBA y varias medallas con la selección española. En el caso de Mirotic, todo ha sido más lento. Pasos cortos, pero seguros. Afianzándose en el Real Madrid hasta convertirse en su estrella. El referente. El hombre que más luce. «Aún no sé lo que haré en el futuro, pero lo decidiré este verano» , relataba a ABC antes de esta Copa del Rey que le ha acercado un poco más a la mejor liga del mundo.

Su talento se ha destapado tanto en los dos últimos años que en cada partido que disputa parece más complicado que el Real Madrid pueda retenerlo mucho más tiempo. Mientras tanto, lo disfruta. Como en esta Copa del Rey en la que ha sido el mejor jugador del torneo con tres actuaciones muy sólidas, coronadas con 17 puntos y 11 rebotes en la final.

En Chicago ya se frotan las manos, aunque él prefiere no pensar en ello. Tiene entre ceja y ceja el objetivo que se marcó cuando fichó por el Real Madrid con apenas trece años. Aquel chaval tímido y espigado llegó a Madrid con el propósito de convertirse en el mejor jugador de Europa y llevar al conjunto blanco a lo más alto. Diez años después -mañana cumplirá los 23- está más cerca de conseguirlo.

Desde el debut en 2009 con Joan Plaza hasta ahora han pasado muchas cosas. Quizá la más importante para él fue la llegada al banquillo de Ettore Messina y los problemas de aquella temporada con el italiano al mando. Esas dificultades propiciaron que Nikola Mirotic se convirtiera en un fijo del equipo y que fuera poco a poco creciendo. Sin prisa, pero sin pausa.

Cada verano se ha convertido para él en un clínic improvisado. Imprescindibles sus vacaciones en Montenegro para trabajar con su entrenador de toda la vida y seguir mejorando. Ampliando un repertorio de recursos que parece ilimitado y que sorprende a sus compañeros en cada nuevo curso. «Mi límite lo marcará la cancha, pero lo único que tengo claro es que aún no me he acercado a mi mejor nivel», apunta el montenegrino, al que los Bulls «draftearon» hace tres años y al que esperan lo antes posible.

Él sigue deshojando la margarita, pero con victorias y actuaciones como la de anoche esa marcha está más cerca. Un adiós que cada vez recuerda más al de Pau Gasol, el «niño» coronado en Málaga en 2001 que luego se convirtió en el mejor jugador español de la historia. Una carrera que firmaría ahora mismo Mirotic, aunque antes quiere seguir escribiendo páginas de oro con el Real Madrid. «Queremos que sea el año de la Euroliga», afirma, «y no vamos a parar hasta conseguirlo». Palabra de Mirotic, MVP de la Copa 2014.

Mientras, Juan Carlos Navarro volvió a marcharse de una Copa sin el único galardón individual que aún no posee en su palmarés. En los seis títulos que ha ganado siempre ha habido un compañero que lo ha hecho mejor que él. El mencionado Gasol, Bodiroga, Trías, Fran Vázquez, Anderson y Mickeal le arrebataron en el pasado un honor que tendrá que esperar al menos otra temporada para intentar conseguirlo.