El presidente que aprendió a calmarse con Jesús Gil

Desde ese debut en Tercera, en la temporada 1988-89, ha pasado a vivir dos ascensos como presidente en los últimos cinco años. «Nunca me lo imaginé, lo veíamos lejos», asevera. Y de hecho, el camino para llegar hasta aquí fue doloroso, con dos ascensos frustrados en su propio estadio en la final del playoff. «Esos dos ascensos fallidos para nosotros fueron como perder dos finales de Champions», afirma Geli, haciendo un paralelismo con el Atlético, club en el que disputó cinco temporadas (1994-1999). «Lo pasamos muy mal... cuesta semanas superar la decepción, pero también piensas: si estamos tan cerca es que estamos en el buen camino».

Y en el camino, Delfí Geli se encontró maestros como José Luis Núñez o Jesús Gil y Gil, aunque en aquellos tiempos nunca pensó que fuera a ser presidente algún día. El máximo mandatario del Atlético le marcó. El que fue lateral derecho rojiblanco todavía recuerda alguna de las broncas que Gil les pegó en el vestuario recién acabado el partido. «Él se jugaba su dinero y cuando las cosas no iban bien hubo momentos difíciles. De Jesús aprendí a no ser tan temperamental después de un partido, a ser mucho más tranquilo, porque hay mucha tensión».

También se llevó lecciones positivas del mandatario soriano: «El Atlético era su perdición, en el buen sentido. Cuando ganamos la Liga y la Copa era el hombre más feliz y el seguidor número uno. En esos momentos te daba el cielo. Era una persona muy cariñosa, muy cercana y si podía te ayudaba en cualquier cosa que necesitaras».

En su primer año en el Atlético tuvo cuatro entrenadores (1994-95), los mismos que pasaron por el Girona en la temporada 2019-20. Pero eso no se lo pegó Gil. «Siempre hemos intentado tener continuidad. Pero cuando se fue Pablo Machín nos costó un poco encontrar la línea», confiesa Geli.

Y hablando de entrenadores, ¿cómo explica que Simeone lleve ya once años en el banquillo del Atlético? «Eso habla de lo que es el Cholo para el Atleti, lo que fue como jugador y lo que es ahora como entrenador. Lo ha convertido en un referente en Europa, que lucha por todos los títulos y con regularidad, que es lo que le faltaba». Para los que lo cuestionan, Geli está convencido de que el argentino tiene cuerda para rato: «Solo llevamos mes y medio y estoy seguro de que él tiene muy claro que aún puede aportar mucho al Atleti, seguro que está súper motivado».

Geli fue compañero del Cholo durante tres temporadas y ya percibió de forma muy acentuada su madera de entrenador: «Vivía para el fútbol, se levantaba pensando en fútbol, era todo pasión. Y siempre muy preocupado por la forma de jugar del equipo, por cómo responderíamos en cada partido, preocupado por el rival... Nos lo analizaba, nos decía: estos juegan así, funcionan así, tienen estos defectos, te generan estos problemas... Lo vivía ya como si fuera un entrenador».

Y de esos días de gloria, más que jugadas concretas (aquella internada que le puso en la cabeza a Pantic para ganar la Copa del Rey al Barcelona) Geli recuerda momentos: «Esa Copa fue el primer título para mí y para muchos compañeros. Esa celebración en el campo... y luego la Liga. Veníamos de un año muy malo, nadie contaba con nosotros. Pero conseguimos ser un equipo muy unido tanto futbolística como personalmente, todos teníamos muy buena relación. Toda la semana antes, que nos jugábamos la Liga... son momentos que recordaré siempre».

Aquella plantilla fue una generación aprovechada. A día de hoy, prácticamente todos siguen ligados al fútbol. A Geli no le sorprende. «Había personas muy válidas. Juanma (López) siempre tuvo inquietud por las negociaciones (hoy es representante). Caminero y Molina son gente más tranquila, más de segunda línea, como un director deportivo... Pantic vivía el fútbol y lo conocía muy bien (ha sido entrenador). Y Kiko (comentarista) era muy alegre, muy abierto, muy expresivo. Hacía estar contento al grupo. Conociendo a las personas, es lógico a qué se han dedicado».

Tras el doblete, la temporada siguiente les tocó iniciarla enfrentándose en la Supercopa con el Barcelona, con un jovencísimo Ronaldo Nazario como fichaje estrella. Y en el partido de ida, el brasileño se la lío a Geli con aquel regate bautizado como la elástica. ¿En algún momento le ha recordado esa jugada el hoy presidente del Valladolid? «No, no ha salido», sonríe. «Aquello forma parte del fútbol profesional. Te enfrentas a compañeros capaces de hacer cosas increíbles».

De cara a este Atleti-Girona, el presidente gerundense ya sabe lo que es dar un susto en el Metropolitano: 1-1 en su primer año en Primera, y al año siguiente les eliminaron de la Copa con un 3-3. ¿Firmaría otro empate? «Tenemos que minimizar las cualidades del Atleti y explotar nuestras opciones. Estamos jugando bien, somos un equipo pequeño y muy joven. Estamos creciendo y sumar cada jornada es importante».