A no perder

Aunque hace muchos años que ya no se concentra en el hotel Victoria, el Atlético de Madrid ha resultado nuevamente agraciado en el último partido contra el Getafe, muy digno rival. El equipo estuvo acelerado e impreciso en demasiadas ocasiones. Giuliano se hartaba de perder balones mientras Lino fallaba ocasiones clarísimas y el motor del centro del campo parecía gripado.

Los cambios resultaron, una vez más, decisivos. De un modo agónico, sufriendo hasta el final, se consiguió vencer con un único gol en gran remate de cabeza cruzado del vaya usted a saber por qué cuestionado Sorloth. Roro sigue calentando banquillo, mientras suenan rumores (esperemos no se conviertan en noticia) de su salida del club en el mercado de enero.

La grada de animación volvió a hacerse notar, tras su huelga por haber sido injustamente tratada. Se necesita su ánimo entusiasta y juvenil, siempre fundamental. Ni que decir tiene que se necesita el apoyo de todos los hinchas. Solo sobran los que van al fútbol a insultar y arrojar objetos a los jugadores o aficionados contrarios, a corear gritos racistas o en definitiva a practicar cualquier acto de violencia.

El próximo partido será ya contra el Barcelona, a domicilio. Sería importantísimo, desde un punto de vista anímico, dar un golpe en la mesa ante un rival que se nos viene atragantando en los últimos años. Algunos soñamos incluso con que nos toque el premio gordo: la muñeca torera. Aunque allí se haya abolido la tauromaquia, es posible que se sigan tolerando estas peponas como objetos fetichistas.

Si jugamos como podemos y debemos (es decir, no a no perder, sino a ganar el partido) tendremos muchas papeletas para resultar premiados. Y si no, a levantar la cabeza y lanzarnos de nuevo a la pelea: quedará todavía mucha liga y mil batallas por librar en todas las competiciones como para seguir ilusionándonos con que los hermanos Cachichi, la diosa Fortuna y sobre todo el esfuerzo y la clase de nuestros jugadores nos permitan seguir endomingados, de feria en feria.