El contragolpe

Un Atlético en el que lo económico prima sobre lo deportivo

«La participación en el Mundial de Clubes se anuncia más como maná financiero que como posibilidad de conseguir un título»

Sorloth: admirable suplente, titular indiscutible si se juega al ataque

Correa, en el último partido de Liga del Atlético de Madrid ante el Betis AFP

En Gerona se apagará nuestra Liga, tras dos partidos antitéticos. Decepcionante el jugado en El Sadar, e ilusionante el del pasado domingo contra el Betis. Julián Álvarez se consolida cada vez más como líder del equipo. Marcó dos golazos y pudo firmar un tercero tras ... una jugada descomunal en que regateó en el área a varios contrarios y chutó suavemente contra el palo. Le Normand de cabezazo y Correa, a pase -¡cómo no!- de la Araña, con su característico gambeteo y tiro cruzado cerraron el 4 a 1 final, que pudo ser más amplio.

A la vuelta de la esquina ese Mundial de Clubes que se anuncia más como maná financiero que como posibilidad de conseguir un título. Los intereses económicos por encima de los deportivos. Clasificarse para la Liga de Campeones basta para calificar la temporada de buena. Seremos unos ilusos, pero nos parecía que los excelentes refuerzos veraniegos, sumados a las figuras ya existentes, presagiaban una lucha por competir hasta el final en al menos alguna de las tres competiciones, presagio que distó mucho de producirse.

Existe un Atlético de Madrid anterior a su obligatorio proceso de conversión en Sociedad Anónima de 1992, plagado de irregularidades que darían para una novela de Lovecraft, y otro posterior, el gilista, con su actual corolario cholista: Diego Pablo como mascarón de proa y paraguas de la Marca. El primitivo era un Atleti entrañable, del que solo los veteranos nos acordamos. Gloriosos años 60 y 70, por no remontarnos a épocas más lejanas, en las que no habíamos nacido. Pero no está de más conocer el pasado. Sin dejarse invadir por la nostalgia (que, como se sabe, ya no es lo que era). El futuro sigue siendo impredecible, salvo que Rappel nos ilumine al respecto.

Se me va a permitir una referencia a los 'eternos rivales', vecinos y muchas veces amigos. Tal es el caso del socio número tres del Real Madrid, Pepe de Carlos, hijo del que fue su presidente, Luis de Carlos. Ha sido un honor conocer y tomar el aperitivo con este fiel lector de ABC, fuente inagotable de anécdotas futbolísticas, incluidos partidos del Atlético Aviación y goles de Ben Barek. A sus 93 años, un caballero y una persona admirable. Merecería ser colchonero.

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