Fútbol

Natalia, hermana de Simeone: la mujer que convirtió al Cholo en el técnico mejor pagado

Atlético de Madrid

El Atlético ha sufrido durante años a la representante del argentino, una negociadora «implacable». Tras cinco renovaciones la pretensión actual del club es que el entrenador no continúe

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Natalia Simeone, hermana y representante del Cholo Jorge González Navarro

A mediados de 2013, cuando el efecto Simeone comenzaba a cobrar peso, recién ganada la Copa del Rey al Real Madrid en el Santiago Bernabéu y con la primera clasificación para la Champions en el bolsillo, Natalia Simeone pronunciaba una frase que prácticamente hasta hoy, ... diez años después, nadie había contemplado en el Atlético de Madrid: «El contrato es como cuando te casas. Tienes que estar preparado para romperlo cuando vengan mal dadas las cosas». Nadie se lo había planteado porque en esta década venir «mal dadas» con el Cholo significaba un tercer puesto en Liga, a lo sumo un disgusto al caer a las primeras de cambio contra un Segunda B en Copa, y sólo una primera fase de Champions errada, pero que después terminaría en la Europa League levantada en Lyon. Sin embargo, en los últimos meses, en los corrillos del Metropolitano por primera vez se elucubra sobre cláusulas, posibles fórmulas de rescisión o indemnizaciones en torno al contrato de Diego Pablo Simeone.

«Cuando llegamos nos pidieron cuatro o cinco Champions seguidas... ya llevamos diez, estarán contentos», decía el entrenador argentino hace unos meses, nada más sellar la décima clasificación consecutiva para la Liga de Campeones. La declaración era una reivindicación a su trabajo, en el año en el que más palos había encajado desde que llegó al puesto, y un claro mensaje a la dirigencia: me pidieron cuatro y llevamos diez, con el crecimiento económico y deportivo que eso conlleva para el club.

«El Cholo gana lo que genera», sostienen algunos para replicar a aquellos que atacan al bonaerense por ser el entrenador mejor pagado del mundo. Y es que, aparejado a ese crecimiento presupuestario de la institución, Simeone ha ido viendo mejorados sus emolumentos en las cinco renovaciones públicas que se han producido. E incluso en la sorprendente reducción de la duración de contrato que firmó en 2016, tras las dudas existenciales del técnico al perder la final de la Champions League de Milán, volvió a incrementar su salario. Redujo su compromiso de 2020 a 2018, pero el sueldo aumentó, ante la amenaza de una multimillonaria oferta del PSG.

La artífice de todas estas renovaciones ha sido su hermana y representante, la abogada Natalia Simeone. Licenciada en Derecho en la Universidad de Belgrano (Buenos Aires), posteriormente se especializó en Derecho Deportivo. Por el hecho de ser una mujer en un mundo de hombres decidió formarse al máximo: habla cuatro idiomas, realizó cursos de negociación, de técnicas empresariales y un Máster en Finanzas, y cuenta con un nutrido grupo de asesores para no caer en puntos ciegos.

Su principal cliente es su hermano, hasta el punto de que hace cuatro años decidió mudarse de Buenos Aires a Madrid para gestionar de cerca todos sus asuntos. Publicidades, contratos privados, hasta el documental sobre la vida del Cholo, todo, pasa por las manos de Natalia. Comenzó a representarle en sus últimos años como futbolista, después de pasar un tiempo de rodaje trabajando en el estudio del último agente de Diego.

No se le conocen labores de representación o de asesoramiento más allá de la familia Simeone. Ejerce como abogada de los tres hijos del Cholo, pero Giovanni (Nápoles) tiene a Leo Rodríguez como agente, y en el momento que el más pequeño, Giuliano, iba a salir del Atlético de Madrid (se encuentra cedido en el Zaragoza) ella misma participó en la elección de su representante, Arturo Canales.

Distanciamiento

Quienes saben de su forma de trabajar la definen como una negociadora «implacable», «intensa», que marca el paso del diálogo y que pelea sus condiciones hasta las últimas consecuencias. Desde fuentes próximas a la directiva corroboran que Miguel Ángel Gil «ha sufrido» las inclemencias negociadoras de Natalia. De hecho, aseguran que conforme la figura de Simeone fue magnificándose, «los aires de grandeza» de su representante también se incrementaron en paralelo.

Pero el consejero delegado del Atlético de Madrid no es el único que ha padecido a Natalia. El sueldo de Simeone, alrededor de 22 millones de euros netos tras la última renovación (hasta 2024) entra en un saco a repartir entre todo su cuerpo técnico. Siempre ha sido así, desde el contrato primigenio allá por diciembre de 2011. Tras la negociación entre Natalia y Miguel Ángel, la representante traslada a Simeone los términos del acuerdo y, posteriormente, se reúne de forma individual con los miembros del equipo de trabajo del Cholo. Y es ahí donde han ido apareciendo las desavenencias. No todos están de acuerdo con el reparto y, por ello, en el camino se han ido quedando componentes importantes.

El más sonado fue Germán Burgos, que no compareció en la foto de renovación hasta 2022, en febrero de 2019. Por entonces ya había decidido que no quería ir de la mano de Natalia Simeone. «Está negociando detalles de su contrato de manera individual y esperemos que lo resuelva lo antes posible o cuando crea oportuno», explicó públicamente en esos momentos el Cholo. Pero la relación con su hermana y con él ya estaba rota y el club no accedió a las pretensiones del Mono, ya representado por Bahía.

Pero el caso de Burgos no es el único. En aquella foto de familia sí estaba Óscar Ortega, 'el Profe'. Pero ya en ese acuerdo Ortega negociaba por su cuenta y no de la mano de Natalia Simeone, algo que se ha mantenido en la renovación hasta 2024. A una diferencia abismal de Simeone, el Mono y el Profe habían sido siempre los mejor pagados. Pero conforme el saco crecía, llegaron las divergencias: «¿Por qué si Diego crece un 40%, yo lo hago sólo un 10%?». La respuesta de Natalia era contundente: «Miguel al único que quiere es a Simeone».

El modus operandi para renovar siempre ha seguido el mismo patrón. Desde la primera prolongación de contrato, en marzo de 2013, que se firmó hasta el año 2017, siempre se ha sellado un nuevo acuerdo con más de un año de antelación respecto a la fecha de expiración. En todos los años impares se ha firmado una nueva prórroga: 2013, 2015, 2017, 2019 y 2021. Siguiendo esta secuencia, a más tardar en este verano de 2023 se debería anunciar otra renovación. «Pero la intención del club no es esa», aseguran fuentes cercanas a la cúpula rojiblanca.

Es más, la pretensión del club es que esta sea la última temporada de Simeone, y en esta tesitura, el Atlético de Madrid se enfrenta a varios escenarios: que el Cholo decida marcharse o que lo haga de mutuo acuerdo con el club o, de lo contrario, se verían abocados a un despido. En este último supuesto, la coyuntura variará muy mucho si el equipo se ha clasificado para la Champions o no lo ha hecho. Sin Champions, el contrato de Simeone incluye una cláusula por la que el club podría prescindir de sus servicios sin la obligación de indemnizarle. Desde el entorno del Cholo niegan la existencia de esta cláusula. Hay quienes hablan de que en esta situación lo estipulado es una rebaja de sueldo. Pero lo que es seguro es que si el Atlético de Madrid acaba entre los cuatro primeros y el club quiere destituir a Simeone tendrán que finiquitarle la temporada que le resta de contrato.

En la familia del Cholo se llaman entre ellos por posiciones en el fútbol. Natalia es la arquera, «porque ataja todos los penales». En los próximos meses, se enfrenta al penalti más complicado de su carrera como representante de su hermano.

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