Juan Ramón Lucas: «El Real Madrid maneja el marketing como nadie»

—¿Qué supone el deporte para usted?

—Es una forma de vivir, más como practicante que como seguidor. El deporte espectáculo lo vivo a través del fútbol y las motos. Pero, sobre todo, lo practico. Si no, siento cargo de conciencia.

—¿Qué practica?

—Corro. He boxeado. He practicado el triatlón, con un equipo vinculado al Atleti, en un intento de hacer algo dentro de este club que, al final, no se pudo hacer. Y nado, voy en bici. De pequeño, judo.

—Es usted ¿muy forofo, moderadamente forofo o de los de 'a mí me gusta el fútbol'?

—Soy un enamorado, comprometido con su club pero sin demasiadas euforias. Soy atlético. Como dice mi amigo Juanito Carmona nada te hace cambiar de club. Pero no soy un habitual de ningún fondo, ni de los que se enciende, ni creo que mi pasión deba expresarse con violencia. Vibro y sufro, pero procuro disfrutar del deporte en lo que tiene de arte.

—Rememore un momento de felicidad con el Atleti.

—Uno reciente: grabando un programa para Telemadrid, el día que cumplí 66 años, Cerezo me regaló una camiseta con ese número. De esos momentos en que recibes de alguien el cariño, el respeto y una sorpresa inesperada.

—¿Por qué es usted del Atleti con lo fácil que es ser de otros?

—Mi familia es madridista. Fíjate, esto no lo he contado nunca. Cuando empecé a jugar, de crío, en el colegio, uno de mis amigos era muy atlético y tenía camisetas del club. Cuando íbamos a jugar al fútbol, nos poníamos esas camisetas. Y, a partir de ahí, se me fue tatuando en el alma el rojo y el blanco. Empiezas como colchonero estético y acabas como enamorado. Aquellos colores de la camiseta raída se me metieron en el alma.

—Con ese a priori, acábeme la frase «que la IFAB haya reconocido que el penalti de Julián debió repetirse es…»

—Está muy bien. Las personas que, por alguna razón, nos sometemos al juicio público, tenemos miedo a confesar debilidades o errores. Y está bien hacerlo.

—Simeone no ha encajado tan bien como usted eso de que el error forma parte del negocio.

—El problema es cuando el negocio no asume que el error forma parte de la vida. En el deporte, las cosas dañan más, la carne está abierta. Pero éste es un mundo humano.

—¿Se cometen más errores con unos que con otros?

—De acuerdo, voy a entrar: con el Atleti se equivocan más. Con los clubes que son el sostén del gran negocio, menos.

—¿Alguna teoría al respecto?

—Supongo que porque prestan más atención y corren menos riesgo.

—La relación del Atleti con la Champions es como cuando estás a punto de lograr al amor de tu vida y viene el musculitos de gimnasio y te lo roba. ¿Hasta cuándo?

—No tengo ni idea, pero es así. Llevamos mucho en la élite, con un entrenador excepcional, que no decae, por más que digan. Hay cosas que la ciencia no puede contestar y una de ellas es qué le pasa al Atleti en esas circunstancias.

—Menos mal que la ciencia avanza

Queremos al Atleti como es: imperfecto, frustrante, pero siempre único. Igual es que ese toque divino o infernal de no conseguir las cosas con la aparente facilidad que lo logran otros forma parte del carácter que nos gusta. Las imperfecciones nos hacen más interesantes.

—¿VAR sí o VAR no?

—VAR sí. La tecnología la necesitamos para cualquier toma de decisión. Las que afectan a clubes de fútbol con consecuencias que pueden ser muy positivas o negativas no se pueden dejar al albur de una apreciación personal. Mientras exista la posibilidad tecnológica de acercarnos a la verdad, tenemos que aprovecharla.

—¿Hay un buen nivel arbitral en España?

—No tengo un mal concepto de ellos. Aunque sí tienden a equivocarse menos con algunos equipos. Digamos que son buenos aunque, a veces, les pueden pesar otros factores. El VAR les ha liberado de parte de ese peso. Pero no del todo.

—¿Va a ser posible armar, por fin, un proyecto serio en torno a Julián Álvarez ?

—Yo le preguntaría a Griezmann por qué ha renovado por dos años más. Es un tipo inteligente. No sé si hay un proyecto, pero sí creo que una apuesta por un jugador tan válido, cuya voluntad expresa es estar aquí, si el proyecto no es claro, puede frustrarse. Es posible.

—Con lo bien que íbamos…

—Yo les preguntaría a los aficionados qué club tiene un proyecto claro o en qué medida ese club depende del entrenador, que es el que da estabilidad al proyecto. Las estrategias que llevan a un jugador a ser mejor las diseñan los entrenadores. Creo que Simeone es el proyecto del Atleti. Y si yo fuera un jugador con posibilidades y de élite jugaría en el Atleti.

—Sobre usted no tengo ni media duda.

—¿Sabes por qué? Porque es más estable que otros clubes. Esta es una casa que tiene su carácter propio, su idiosincrasia y que, al tener a Simeone tanto tiempo, se convierte en un proyecto estable. Confío en que esto vaya para largo.

—¿Qué o a quienes se traía al Atleti del Madrid y del Barça?

—Del Barça a Lamine. Y del Madrid, su marketing, que lo manejan como nadie y, sin afear lo mío, su capacidad de vender el club es única.

—¿Merece Lamine el Balón de Oro?

—Es muy joven, aún.

—Arriesgue. Final de la Nations League. España- Portugal ¿Me da su pronóstico?

—Creo que va a ganar España. Disfruto mucho con nuestra selección.

—No me voy sin que me diga algo de su paisano Luis Enrique, flamante campeón de todo lo que le han echado por delante esta campaña.

—Siempre me ha gustado. Su carácter de niño malo ha sido una forma de manifestar su rebeldía, de un tipo que tenía mucho dentro. Admiro profundamente la forma de gestionar su problema personal. Es un tipo íntegro, que dice lo que piensa. Siempre ha sido igual. ¿Le parece que los periodistas no tenemos ni puta idea de fútbol? Pues lo dice. En mi tierra, mis paisanos dicen lo que piensan sin pensar que pueden molestar. Él, a veces, lo dice aun sabiendo que puede molestar. Es genial. Y, desde aquí, le felicito por su éxito.