El Frente Atlético sucumbe ante la inflexibilidad del club

Para encontrar el origen de todo lo ocurrido es necesario retroceder hasta el derbi ante el Real Madrid del pasado 29 de septiembre. El lanzamiento de objetos desde el fondo sur hacia Courtois tras la retadora celebración del meta belga provocó que Antiviolencia propusiera el cierre total del estadio durante dos semanas y que Competición decretara el cierre de esa parte del Metropolitano por tres partidos, una sanción que Apelación redujo a un encuentro.

Este castigo, unido a los 30.000 euros de multa que recibió el club debido a los saludos nazis de algunos aficionados colchoneros en Lisboa, llevó a la directiva a tomar la decisión de no vender entradas a la grada de animación para los siguientes cinco partidos a domicilio del Atlético, una medida a la que se vio «obligado» a tomar dada «la gravedad de la situación» confiado en que «ayudara en el proceso de erradicar este tipo de actitudes».

El Frente, por su parte, anunció que el fondo sur adoptaría una huelga de animación mientras durara el castigo. «Si fuera de casa esos 5.000 socios no son necesarios, tampoco lo son en el Metropolitano», sostuvo el supuesto extinto grupo ultra.

Tras el cierre parcial ante el Leganés, la grada de animación abandonó a su equipo en los encuentros ante Lille, Las Palmas, Alavés, Sevilla y Slovan Bratislava. Cinco partidos con un ambiente enrarecido que no pasó factura a los de Simeone, que saldaron dicho tramo con una derrota ante los franceses y cuatro victorias, tres de ellas con remontada incluida, sobre todo el espectacular volteo ante los hispalenses.

Los únicos cánticos que provinieron del fondo sur durante su huelga se dirigían contra la propiedad del club, una circunstancia que era respondida con pitos por buena parte del Metropolitano. Incluso, en el primer encuentro de la huelga con el Atlético ganando al Lille, el feudo rojiblanco inició una ola para retar a los más animosos a unirse, algo que no hicieron. Una situación surrealista que, para más inri, concluyó con la remontada de los galos. A pesar de ver a sus futbolistas ejercer de visitantes en su propio campo, el club se mantuvo inflexible y no levantó su castigo.

Por ello, el Frente terminó por sucumbir y la visita del Getafe al estadio colchonero de ayer fue el día elegido para retomar su animación habitual, además del regreso de sus pancartas y banderas que ponen el colorido al fondo sur del Metropolitano. Después de sumarse al himno del Atlético, el primer cántico que profirieron fue dirigido a sus vecinos y rivales. Tras lo cual, fue el pulmón al que estaba acostumbrada la parroquia rojiblanca y que tanto había echado de menos.